José Luis Arasti (Milagro, 1971) pasa sus terceras Navidades como delegado del Gobierno en Navarra. Asumió el cargo en el tramo final del Gobierno de Uxue Barkos, con quien dice que se entendió "perfectamente". De formas suaves y relajadas, se esfuerza en encontrar las palabras que entiende adecuadas cuando las preguntas abordan temas potencialmente más espinosos: pandemia, ley mordaza o fin de la dispersión. La entrevista se realiza la mañana del martes, en una semana atípica prenavideña. El desenlace del Pleno del Parlamento en el que se retiró la reforma del Convenio deja para el final de la entrevista una posterior pregunta telefónica para actualizar su parecer.

¿Tiene conciencia de ser aún desconocido para gran parte de la opinión pública navarra?

-Las Delegaciones del Gobierno son desconocidas, porque casi siempre estamos en el foco por temas relacionados con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Las Delegaciones no somos más que los representantes del Gobierno central en cada territorio, y tenemos muchas más atribuciones. Por ejemplo, con todo el tema del Servicio de Empleo Público Estatal, los ERTE, extranjería, DNI... Cuando llegamos, intentamos hacer una labor para visibilizamos y estar más en la calle, pero la pandemia nos impidió poner en marcha ese trabajo.

Parece que políticamente hay miedo a poner el cascabel al gato ante el agravamiento del virus.

-No se trata de miedo a tomar decisiones, sino de que el momento de la pandemia es otro. En Navarra estamos teniendo unos índices muy altos de contagio, pero los ingresos hospitaliarios y en UCI y el número de fallecimientos no tienen nada que ver con los de marzo o abril de 2020. La vacunación está funcionando. En Navarra lideramos el ranking, tanto de la dosis de refuerzo como la infantil. Evidentemente, el ascenso de los infectados lo vemos con preocupación, pero ahora tenemos que poner el hincapié sobre todo en la responsabilidad personal y en la vacunación, sobre todo en ese porcentaje de población que se niega a hacerlo. En las UCI, como mínimo, el 60% de los ingresados son personas no vacunadas, la práctica totalidad de las personas muy graves.

Aunque llegue la tercera vacuna, si otros países no suben su vacunación,podemos seguir atrancados en este drama.

-Las nuevas cepas van a seguir apareciendo como con el virus de la gripe. El esfuerzo que ha hecho España en la vacunación, y la responsabilidad individual de los españoles y españolas nos sitúa en un momento diferente a otros países de la Unión Europea. Tenemos que afrontar 2022 con la precaución que ahora mismo tenemos, pero yo creo que también con ilusión por este proceso de vacunación, que nos hace poder trabajar de otra manera. Y 2022 va a ser el año de la recuperación, y queremos que sea justa, con esa llegada de los fondos europeos por los que este Gobierno ha luchado para que la salida a esta crisis no se parezca en nada a la de 2008.

Se ha hablado tanto de esos fondos que las expectativas son muy altas.

-Van a ser un reto para todas las administraciones. Pero no tenemos que perder de vista que esto para España es un logro que hace dos años no lo teníamos ni en el imaginario. Hablamos de una cantidad de fondos que supera con creces los recibidos de la Unión Europea en los últimos 25 o 30 años. Que en seis años podamos estar gestionando unos fondos de esa magnitud, nos tiene que preocupar, porque tenemos que ser capaces de hacer una buena gestión para que redunde en la ciudadanía. Pero estos fondos van a suponer un cambio de modelo que de otra manera para España no hubiera sido viable, por carecer de los recursos suficientes. Estamos hablando ahora mismo del PERTE del coche eléctrico, que tan importante es para Navarra, y se ha aprobado también el PERTE de la salud de vanguardia o el de las energías renovables, y tenemos muchas expectativas con el de la industria agroalimentaria. Cuatro PERTE que son los primeros que el Gobierno apruebe, que tienen una incidencia total en Navarra, porque hablamos de sectores estratégicos.

El traspaso de la competencia de tráfico ha coleado desde 2018. Cuestión aún pendiente de terminar de cerrar.

-Fue un compromiso del presidente Sánchez, anunciado el 31 de octubre de 2018. Es una competencia recogida en el Amejoramiento, y no debería ser ningún problema, porque todos los partidos que han pasado por la presidencia del Gobierno en los últimos cuarenta años la han solicitado. El problema es cuando esta transferencia se manosea, se manipula con fines partidistas, y es donde tenemos las polémicas que vemos en la calle. Lo hemos dicho desde siempre: tráfico se va a transferir al Gobierno de Navarra, y las personas afectadas o a las que va repercutir no van a tener que salir de la Comunidad Foral siempre y cuando así lo decidan. Es una competencia compleja, porque afecta a tres ministerios más al Gobierno de Navarra. Y hay muchas cuestiones técnicas que cuesta decidir, porque por ejemplo afecta a la Hacienda navarra y a la estatal. Esperemos que a principios de año se pueda firmar.

Usted mismo habló de la posibilidad de que Guardia Civil y Policía Foral compartieran funciones.

-Era una opinión personal en un primer momento, de que tal y como se estaba gestionando la competencia, siendo de la DGT, y en la que el Gobierno de Navarra ponía a disposición a la Policía Foral, eso se podía haber seguido manteniendo. Pero es verdad que al final la competencia de tráfico depende de la comunidad que la asume, y la quiere asumir en exclusividad, algo totalmente legítimo. Con lo cual, más allá de que esto vaya a tardar tres, cuatro, cinco años en materializarse en la práctica, al final Policía Foral asumirá esta competencia en exclusiva y los guardias civiles tendrán que decidir si se pasan a la Policía Foral, si se mantienen en las agrupaciones de tráfico de otras comunidades autónomas o si se quieren quedar en Navarra dentro de otras unidades.

¿Le preocupa que se identifique a los cuerpos policiales con una ideología de derechas?

-Yo preocupación no tengo ninguna, porque hablamos de personas muy profesionales que siempre trabajan conforme a la ley que en cada momento tienen. Es verdad que hay grupos, no lo vamos a negar, dentro de esas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que no están de acuerdo con algunas cosas y se han manifestado, pero también es cierto que estamos hablando de un número mínimo. A lo mejor estamos dando demasiado pábulo a esas reivindicaciones o quejas de estos grupos.

Pero su capacidad de altavoz y de generar ruido es evidente.

-Muchas veces se tergiversa todo porque hay partidos políticos que intentan de alguna manera mediatizar ciertas organizaciones, a veces lo consiguen y otras veces no, pero yo no tengo una preocupación excesiva porque lo que veo siempre es un trabajo con una lealtad absoluta. Si hay grupúsculos que quieren ir por otros derroteros, también es legítima esa protesta.

Ha sido destacable en este 2021 el cambio de política penitenciaria.

-Realmente cambio como tal no ha habido. Lo que ha quedado sin efecto, justamente en el décimo aniversario de la desaparición de la banda terrorista, es la excepcionalidad que había en la dispersión de esos presos. Con lo cual ya entran dentro del sistema penitenciario general. Dentro de los derechos que esos presos tienen se incluye estar lo más cerca posible de sus hogares o de sus territorios. Y eso es lo que se está haciendo. Cualquier traslado es comunicado por el Ministerio del Interior a las asociaciones de víctimas para que lo sepan. Estos traslados no son decididos por el Gobierno, sino por una junta de tratamiento, donde está el juez de Instituciones Penitenciarias, psicólogos, trabajadores sociales...

¿Cuál es la situación de la violencia de género en Navarra?

-Durante el confinamiento tuvimos un impás donde las agresiones se quedaron silenciadas. Muchas mujeres maltratadas estaban confinadas con su maltratador. Fue muy duro para ellas. Después se ha producido un aumento de las agresiones sexuales, y las que más han subido son con penetración. Eso nos preocupa mucho. Ahora mismo las cifras de denuncias y agresiones están por encima de antes del inicio de la pandemia.

¿Considera que el PSOE tiene el horizonte electoral igualmente estable como el PSN?

-La situación a nivel nacional no es la misma que la de Navarra, pero cada vez se parecen más. En Navarra estábamos más acostumbrados a negociar y a acordar con otros partidos parlamentarios, pero cada vez nos parecemos más. Igual en Navarra el bloque progresista está más claro, y así sale en el Navarrómetro.

¿Los tiempos de entendimiento PSN-UPN no van a volver?

-Nos gusta hablar con todas las fuerzas políticas que están en el hemiciclo, pero si vemos dónde estábamos en 2014 y dónde estamos ahora nos hace ver que ese cambio de directriz que nuestros afiliados y votantes nos pedían ha dado sus frutos. En octubre de 2016 el PSOE prácticamente saltó por los aires, lo mismo que pasó unos años antes en Navarra, donde los socialistas hemos sufrido muchísimo. Tantos años de apoyos a UPN de todas las maneras, presupuestarios, de legislatura, entrando en un Gobierno ... vimos cómo nos debilitaba legislatura tras legislatura, porque nuestra posición socialdemócrata no era la de sostener un partido regionalista de derechas. Con lo cual, hicimos ese giro de timón hacia nuestros orígenes, hacia donde nuestro votante se siente cómodo y nos pedía, que es lo que ahora mismo estamos haciendo, tanto a nivel nacional como de Comunidad Foral.

¿Qué le parece que la consejera Elma Saiz retirase este jueves la ley de Convenio Económico en vista de que podía quedar tumbada?

-Yo que conocía el proyecto de modificación, creo que era bueno para Navarra, pero entiendo que en el debate parlamentario no todas las cosas están tan concretadas, y me imagino que optaron por retirarla para poder solventar esos pequeños detalles que faltarían para que salga adelante. Sinceramente, no me cabe ninguna duda que el Gobierno de Navarra hará todo lo posible para ello.

"En el décimo aniversario de la desaparición de ETA ha quedado sin efecto la excepcionalidad que había en la dispersión de sus presos"

"Los fondos europeos son un logro para España, pues superan con creces los recibidos en los últimos 25 o 30 años"

''Si España llega a tener un

un Gobierno de PP y Vox,

sabemos lo que puede

cambiar en igualdad o en

violencia de género"