- Moncloa vincula la convocatoria de la mesa de diálogo a que haya "acuerdos relevantes" entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat, sin concretar cuándo puede producirse. Así lo trasladó ayer la portavoz del Ejecutivo español, Isabel Rodríguez, después de que fuentes de su gabinete se hayan limitado a decir que "habrá mesa". Una posición que para Esquerra solo es una "excusa para no reunirla", tal y como replicó la portavoz republicana Marta Vilalta. "Pedimos al Gobierno que trabaje en los compromisos adquiridos, que quiere decir trabajar en el marco de la mesa de negociación, y que no mire hacia otro lado ni busque excusas de mal pagador", avisó.

De momento, lo que está confirmada es la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat para el próximo 18 de febrero en Barcelona, después de que se reuniese en agosto en Madrid, aunque en ella se abordarán nuevamente asuntos sectoriales con el fin de concretar los traspasos y las cuestiones pendientes que, eso sí, en la anterior ocasión trajeron cola, con la estéril ampliación del aeropuerto de El Prat. Rodríguez simplemente se congratuló de que con el Ejecutivo de Sánchez las relaciones y los trabajos entre el Gobierno español y el Govern han regresado al "ámbito de la normalidad institucional del que nunca debían haberse apartado". Asimismo precisó que el Ejecutivo español se siente orgulloso por haber recuperado el diálogo con la Generalitat, "algo que nunca debió romperse".

En este contexto prosiguen las luchas cainitas en el seno del soberanismo catalán. La portavoz del Govern, Patricia Plaja, apostó ayer por que el independentismo rehaga una estrategia "compartida y práctica" después de las discrepancias entre los partidos en la retirada del escaño al diputado de la CUP Pau Juvillà. A su juicio, para avanzar en los objetivos de la amnistía y la autodeterminación "el movimiento independentista tendría que ir siempre a una".

Sobre la retirada del escaño de Juvillà y la polémica surgida después de que la presidenta del Parlament, Laura Borràs, acusara a ERC, la CUP y a Pere Aragonès de no aceptar su propuesta para blindarle el acta, insistió en respetar las decisiones que toma el Parlament y se remitió a las declaraciones de la consellera de Presidència, Laura Vilagrà, que negó que Borràs planteara al president ninguna propuesta concreta.

El propio Juvillà instó a abandonar los reproches porque hacen un flaco favor al proyecto secesionista: "Si la culpa la tiene que tener alguien, ya la asumo yo. Ningún problema. No hay que dar una imagen de enfado, sino de esperanza".