- El presidente ruso, Vladímir Putin, quien dirigirá hoy maniobras con misiles balísticos y de crucero en una demostración de fuerza, hizo ayer frente común con su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, para desafiar a Occidente mediante ejercicios conjuntos cerca de la frontera ucraniana.

“Acordamos continuar tomando colectivamente todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los dos países a la luz de la creciente actividad militar de los países de la OTAN en las fronteras exteriores”, señaló Putin tras reunirse con su homólogo en el Kremlin.

El mandatario ruso, que recibió a Lukashenko con un sentido abrazo, emitió no obstante un mensaje de tranquilidad a Occidente, al reafirmar que “la fase activa” de los ejercicios Determinación aliada-2022 “acabará el 20 de febrero”.

“Estos ejercicios son de naturaleza puramente defensiva y no amenazan a nadie”, añadió, después de que la OTAN dijera que estas maniobras, que tienen lugar incluso en la frontera de Bielorrusia, limítrofe con Ucrania, suponen el “mayor” despliegue militar desde la Guerra Fría

Según la Alianza Atlántica, en los ejercicios participan unos 30.000 soldados, cazas, misiles rusos Iskander y sistemas de defensa aérea S-400.

La confirmación de la retirada de los soldados rusos de Bielorrusia a partir de mañana no se produjo sin embargo ayer, pese a que Lukashenko había anunciado previamente que iba a decidir con Putin el calendario de repliegue.

Tanto Moscú como Minsk aseguraron que todos los soldados volverán a sus cuarteles permanentes de despliegue tras los ejercicios, pero al igual que ocurrió con el anuncio del martes sobre la retirada parcial de los militares rusos de los distritos militares limítrofes con Ucrania, Occidente se lo creerá cuando lo vea.

EEUU aseguró en las últimas horas que Rusia, lejos de replegarse, está incluso aumentando su presencia en las fronteras con Ucrania, que hace solo 24 horas cifró en 150.000 y ayer ya en entre 169.000 y 190.000.

Washington mantiene que Rusia planea invadir Ucrania “en días”, mientras que Ucrania en boca de su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, afirmó ayer que la posibilidad de un ataque ruso a gran escala “es baja”.

En su desafío a Occidente, Putin sacará hoy músculo militar en unos ejercicios que dirigirá en Rusia con lanzamiento de misiles balísticos y de crucero. A su lado estará Lukashenko.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que estas maniobras no tienen que causar preocupación en Occidente, ya que estaban previstas de antemano y fueron notificadas a diferentes países.

Lukashenko, que depende de créditos favorables y gas barato de Rusia, dijo que ni Rusia ni Bielorrusia “quieren una guerra. Es más, ni siquiera quieren un agravamiento de las tensiones; no quieren conflictos”. Esto después de asegurar la víspera que podría emplazar armas nucleares “o incluso supernucleares” en Bielorrusia si se ve amenazado.

Lukashenko, denostado en Occidente por la brutal represión que ejerció contra los manifestantes pacíficos tras las fraudulentas elecciones presidenciales de 2020 y por haber desviado un avión comercial europeo para detener a un disidente, devuelve ahora el apoyo que le prestó Putin hace un año al permanecer a su lado.

30.000

Según la Alianza Atlántica en las maniobras militares conjuntas entre Rusia y Bielorrusia participan unos 30.000 soldados. EE.UU. cree que cerca de la frontera con Ucrania hay ya entre 169.000 y 190.000 militares.

Reunión

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, confirmó ayer su interés en mantener una nueva reunión con su homólogo estadounidense, Antony Blinken la próxima semana. “Los dos lo queremos. Responde a nuestros intereses y planes”, dijo Lavrov.

Donbás

Putin también pidió una mesa de negociaciones entre Ucrania y los representantes del Donbás y acordar medidas políticas, militares, económicas y humanitarias, señaló Putin, quien sostuvo que lo que ocurre allí es un “genocidio”.