- Fue reelegida el fin de semana por una mayoría aplastante, pero en un congreso en el que casi la mitad de los compromisarios optaron por no participar. ¿Es suficiente legitimación para revalidar el cargo?

—Bueno, yo creo que la legitimidad está en la mayoría y, sí, hubiera sido deseable un 80% o un 100%. Pero una vez que superas el 50%, y en este caso ha sido el 54% de compromisarias y compromisarios elegidos legalmente y democráticamente, creo que tiene toda la legitimidad del mundo.

En cualquier caso, se han vivido situaciones bastante surrealistas que usted misma calificó de "espectáculo". ¿Cómo queda la imagen del partido?

—Lo dije el domingo y lo sigo repitiendo: ha sido un espectáculo bochornoso y me da mucha pena. Hay algunas personas que llevan dos años dejando la imagen del partido por los suelos. Me acusaban a mí el otro día de que lo había metido en un pozo, pero yo lo dije en mi discurso: Voy a cuidar este partido como si fuese mi tercer hijo, como ha sido siempre. Y ahora el trabajo que queda precisamente es reflotar. Ha sido un espectáculo mediático porque, como he dicho, siempre han intentado ganar en los medios de comunicación la legitimidad que nos les daba la afiliación y además han demostrado que este circo estaba absolutamente preparado desde hacía tiempo.

¿Hasta qué punto es posible recuperar un discurso sólido y consistente en EA como partido cuando existe una guerra interna que parece que no va a terminar?

—Yo no sé qué intenciones tiene el otro sector pero quiero recalcar que, aún así, son solo dos cuestiones las fundamentales que nos separan, siempre he dicho que es mucho más lo que nos une. La ponencia política tenía seis puntos y en su enmienda a la totalidad solo enmendaron uno. Todo lo que corresponde a las líneas fundacionales ideológicas de Eusko Alkartasuna y al feminismo, socialdemocracia, pensiones, derechos sociales o política internacional lo comparten al 100%. Por otra parte, lo más importante estaba en el encaje en EH Bildu. A eso correspondía su enmienda a la totalidad y son puntos que yo creo que se pueden discutir. Ahora, lo que nos toca es hacer ver a esas personas que EH Bildu es la mejor herramienta posible, que hemos tomado una buena decisión.

No da por imposible entonces que se pueda recoser el partido a la larga.

—Yo ahora me voy a centrar sobre todo en trabajar, porque la imagen del partido no es buena. Tenemos que ser constantes, disciplinados, trabajar y organizar, porque tenemos mucho todavía por hacer. Pero yo ahora creo que debo centrarme en trabajar con la gente que viene conmigo en la candidatura y que ha dado ese paso. Lo que queremos es trabajar.

¿Cómo valora la posición del lehendakari Garaikoetxea en las últimas semanas?

—No me cansaré de repetir que yo al lehendakari Garaikoetxea le tengo muchísimo respeto siempre. Lo he tratado con mucho respeto y lo seguiré haciendo por lo que ha supuesto, por lo que es, por lo que significa y por la valentía en su día. Pero también he dicho que a mí me daba cierta pena que se posicionase con una parte del partido, porque en mi opinión personal creo que debería de haber estado por encima de todo eso. Hubiera sido la persona más indicada para unir todo lo que tenemos en común. Me da pena también porque creo que no será fácil para él. Seguro que no ha tenido un fin de semana fácil. Emocionalmente tampoco tiene que estar bien porque al final es la tercera derrota en un congreso. Y para el fundador de este partido tiene que ser difícil que la mayoría del partido se posicione justo en contra de sus tesis.

Más allá, las suspensiones de militancia no parecen el mejor camino para unir al partido.

—Lo que hay que tener muy claro es que este partido se dota de una reglamentación que hemos trabajado, aprobado y apoyado entre toda la afiliación. Tenemos que ser estrictos y cumplir las normas que entre todos hemos dado por buenas. Eso para empezar. Segundo, somos un partido tremendamente garantista y el proceso ha sido largo porque lleva su tiempo. Esto ha terminado en una decisión de la Ejecutiva que además, al contrario de lo que Maiorga Ramírez se adelantó en decir, ha permitido que participasen en el congreso. Ahora tienen 30 días para recurrir y veremos qué pasa, pero yo creo que las normas están para cumplirlas. A mí me han exigido cumplir normas y creo que nadie puede decir que he hecho lo contrario. Entonces, yo pido que todo el mundo acate y respete las normas que entre todos hemos construido. Aunque también tengo que decir que no ha sido una decisión fácil. No es plato de buen gusto tener que hacer eso en ningún partido político. Pero bueno, tenemos que cumplir los reglamentos que tenemos. Es así.

Respecto a la decisión pendiente del Supremo sobre las primarias, ¿qué pasaría si el fallo obliga a repetirlas? ¿Quedaría nulo el congreso del pasado fin de semana?

—No lo sé, porque hemos tenido una primera sentencia que daba la razón al partido al 100%. Hemos tenido una segunda sentencia que daba la razón al partido en su mayoría, excepto en la cuestión del reglamento de primarias, pero que se ratificaba en otros puntos en dos instancias y está recurrida. Eso no quita que este fin de semana se haya hecho un congreso, y nada tiene que ver el proceso judicial que se da con las primarias con este congreso. Este congreso se ha hecho porque además estatutariamente teníamos que hacerlo. Lo hemos hecho y la afiliación ha decidido. Veremos lo que pasa en el Supremo, pero el mayor órgano de decisión de este partido ha decidido. El proceso judicial seguirá adelante y no me voy a aventurar a decir algo que todavía no sé.

¿Por qué se han quitado las primarias de los estatutos?

—Las primarias estaban en los estatutos, pero en solo un supuesto. Decían que la Ejecutiva nacional, incluida la Secretaría Nacional General, se elige en el congreso. Es cierto que luego aparece otro artículo donde habla de que en caso de fallecimiento, dimisión o una falta forzosa de la Secretaría General, habría que organizar unas primarias. Pero insisto, los estatutos, los anteriores, los que hemos dejado atrás este fin de semana, hablaban de elegir la Ejecutiva en congreso, incluida la Secretaría General. Hay que recordar también que este fin de semana se han aprobado unos nuevos estatutos donde desaparece ese artículo de que en el caso de una dimisión se hacen primarias.

¿Qué papel va a jugar Eusko Alkartasuna en EH Bildu en los próximos cuatro años de su nuevo mandato?

—Bueno, yo creo que EH Bildu es la mejor herramienta que tenemos ahora mismo para materializar y dar cauce para la consecución de todos nuestros principios democráticos y principios ideológicos. Cuando hablamos de justicia social, de diversidad, de feminismo, de cohesión, de euskera, educación o transición ecológica, todo eso se plasma y se recoge al 100% en EH Bildu. Lo que tenemos que ocuparnos es de que el papel de Bildu sea cada vez más importante en este país. Estamos para sumar y para seguir con el proyecto que iniciamos en 2011. La otra corriente, por el contrario, planteaba algo diferente: hacer una especie de coalición, como en su día hizo Eusko Alkartasuna con el PNV, y eso supone ir atrás, supone no admitir los avances que se han dado desde el año 2011 hasta aquí. Supone restar, no supone sumar. Y estamos para sumar.

¿Esos avances hacia la consolidación de EH Bildu supondrían a la larga la desaparición de las siglas?

—Siempre aparece esa pregunta. Desde el año 2011 llevo escuchando que Eusko Alkartasuna iba a desaparecer, y aquí estamos. Yo no sé si se quiere medir en cuestión de puestos, en cuestión de fotos. Los puestos son importantes, los cargos son importantes y a mí también me preocupa. Soy partidaria de esa diversidad y siempre hay cosas que mejorar. Pero también es cierto que no se puede medir la fuerza de un partido solamente por los cargos que tiene, o la plasmación de un partido por los cargos que tiene. Lo que hay que hacer es seguir trabajando como estamos trabajando, para que nos sintamos plenamente identificados. Pero en ningún caso quiere decir que Eusko Alkartasuna vaya a desaparecer.

Pero sí es un hecho que, tanto en cargos institucionales como en los orgánicos de la coalición, EA ha perdido cierto nivel de representación que tenía al principio.

—Bien, sí, es cierto. Pero es cierto que también podemos hacer la comparativa de la última ocasión en la que acudimos solos a una cita electoral, que fue con Unai Ziarreta como secretario general. Fue el único escaño que conseguimos en el Parlamento de Gasteiz. Esa comparativa también se puede hacer. Y yo insisto, los cargos son importantes. La representación es importante, pero no podemos limitarlo a eso porque sería un grave error.

Volviendo al tema de la guerra interna. No sé si la nueva Ejecutiva teme que pueda haber una escisión del sector crítico que no ha participado en este congreso.

—¿Una escisión? No lo sé, yo no sé qué intención tienen. No lo sé porque nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Es curioso, hasta el sábado por la mañana hemos recibido a un montón de escritos, mensajes que hemos visto que han sido para torpedear y obstaculizar la organización del congreso. Pero a partir del domingo se ha cortado toda comunicación. No hemos recibido nada. Entonces yo no sé cuál es la idea que ellos tienen a día de hoy. Yo no tengo constancia de que haya ninguna baja, siguen siendo afiliados de Eusko Alkartasuna con pleno derecho y hay que reconocerlo. Cada uno y cada una puede defender sus tesis como quiera. Pero también tienen que admitir el resultado de lo que ha decidido la mayoría. El trabajo será intentar que de alguna manera quieran aportar y quieran trabajar. Tenemos un trabajo importante de aquí a las elecciones municipales y forales. Si quieren trabajar, si quieren aportar, ahí lo pueden demostrar con toda naturalidad.

O sea, que la incomunicación entre los dos sectores es absoluta ahora mismo.

—Yo no tengo noticias de ellos. Insisto, llevamos una larga temporada en la que solo se han comunicado con nosotros para mandar ciertas sugerencias, quejas o reclamaciones.

¿Qué espera Eusko Alkartasuna de la política vasca en los próximos años? Se habla mucho en los últimos meses de la opción de un tripartito de izquierdas a futuro.

—Lo que está claro es que EH Bildu tiene vocación de Gobierno y es la primera fuerza municipalista. Es también la segunda fuerza en Araba Bizkaia y Gipuzkoa y hemos posibilitado muchos cambios. Hemos posibilitado muchos cambios en Nafarroa y también con el Gobierno de Madrid. Y bueno, el reto es seguir creciendo porque tenemos vocación de gobernar. Ese es el reto. Sumar, sumar, sumar, y gobernar para cambiar las cosas en este país, porque estamos convencidos y convencidas de que lo podemos hacer.

¿Y puede ser posible a medio plazo sumar con los socialistas para gobernar la CAV?

—No lo sé. Yo creo que ahora mismo no estamos en esa clave. Ahora mismo estamos en una fase, en una clave de ampliar. Primero, y ahora que ha terminado el congreso, es importante que todos nos resituemos porque, quieras o no, esto también ha dañado públicamente la imagen de Bildu. Esa era la intención, dañar a Eusko Alkartasuna y dañar a EH Bildu. Una vez de que todo eso está recolocado, ahora es cuestión de centrarse y de seguir trabajando. Y, digo, con vocación de Gobierno.

"El reto es seguir creciendo porque tenemos voluntad

de gobernar para cambiar

las cosas de este país"

"La otra corriente plantea una especie de coalición como en su día hizo EA con el PNV y eso supone ir atrás"

"Es importante que nos resituemos porque, quieras

o no, esto también ha dañado públicamente a Bildu"

"Me voy a centrar en trabajar, porque la imagen del partido no es buena; tenemos que ser constantes y disciplinados"

"Las suspensiones de militancia no son plato de buen gusto, pero hay que cumplir los reglamentos"

"Desde el año 2011 llevo escuchando que Eusko Alkartasuna iba a desaparecer, y aquí estamos"