- Cerca de tres años después de que la ponencia de memoria del Parlamento Vasco llegara a un callejón sin salida, el instituto Gogora alumbró ayer una nueva dinámica destinada a lograr un consenso sobre esta materia en Euskadi que siente las bases de la futura convivencia. Un objetivo ambicioso e ineludible que arranca además con un amplio consenso, después de que en el Consejo de Dirección de Gogora celebrado por la tarde, que estuvo presidido por el lehendakari Iñigo Urkullu, cosechara 18 votos a favor y cuatro abstenciones, de grupos sensibles como EH Bildu y PP+Cs y de los dos miembros de Eudel.

La apuesta era muy elevada y la satisfacción del Gobierno vasco plena a la hora de valorar el encuentro. Cabe recordar que, pese a su ingente trabajo, la ponencia parlamentaria sufrió la baja del PP desde una fase muy temprana, y EH Bildu y el PSE mantuvieron un pulso que acabó lastrando su progresión. La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, aseguró en septiembre de 2020, al inicio de su mandato, que la reactivación de los trabajos sobre memoria se llevaría a cabo esta vez en Gogora. Visto lo visto en sede parlamentaria, se ha diseñado una fórmula totalmente distinta que ayer vivió su puesta de largo.

La misma pivotará alrededor de un grupo motor formado por tres víctimas y otros tantos historiadores. Según informó Gogora, estos últimos son Eider Landaberea Abad, Virginia López de Maturana y Unai Belaustegi Bedialauneta, “jóvenes, de reputada e indiscutida trayectoria y expertos en la historia contemporánea y reciente de Euskadi”. En cuanto a las víctimas, dos forman parte del propio Consejo de Dirección de Gogora, Josu Elespe (hijo de Froilán Elespe, asesinado por ETA en 2001) y María Jauregi (hija de Juan María Jauregi, asesinado por ETA en 2000). A ellos se suma Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa, asesinado por los GAL en 1983.

Entre marzo y octubre, los seis contrastarán su labor con una veintena de expertos en disciplinas vinculadas a las políticas de memoria. Aquí se incluirán la experiencia internacional, la historia reciente de Euskadi y una perspectiva ética y filosófica, junto a las aportaciones de los partidos políticos y los agentes sociales. El equipo de trabajo llevará a cabo su labor con “autonomía y discreción”, y elaborará un documento de bases compartidas para la construcción social de la memoria en Euskadi que presentará el próximo 10 de noviembre, en el marco del Día de la Memoria. Los cuatro pilares sobre los que se cimentará este trabajo serán el método científico, la experiencia de las víctimas, los derechos humanos y un “propósito constructivo e inclusivo”.

Fuentes presentes en el Consejo de Dirección consultadas valoraron que “la iniciativa ha sido bien acogida por las personas que lo integran” y celebraron el “amplio respaldo” de su aprobación sin ningún voto en contra. Se esperaba con especial interés la posición de los representantes de EH Bildu y PP+Cs, y al parecer, en el primer caso Julen Arzuaga recordó que en su día votó en contra del Plan de Gogora pero que ahora se abstenía por respeto a los historiadores y las víctimas. Las mismas fuentes destacaron que todas las intervenciones se produjeron “en un buen tono”.

Tanto EH Bildu como PP+Cs consideran que el Parlamento Vasco es un ámbito más apropiado para acoger esta dinámica, pese a la contradicción de que los populares no participaron en el mismo cuando estuvo en vigor. El portavoz de este último grupo, Carmelo Barrio, se mostró ayer más beligerante que la coalición abertzale, pero la valoración del Consejo respecto a la elección de los miembros del grupo motor fue “mayormente positiva”, al considerar que es “equilibrada”.

A preguntas de este medio, el representante del grupo parlamentario del PNV en este foro, Iñigo Iturrate, expresó su deseo de que “lo que no fuimos capaces de lograr los partidos” se pueda alcanzar “con una reflexión externa, fuera del rifirrafe diario partidista”, que dé lugar a una “propuesta que podamos debatir y consensuar”. Lograr el mayor respaldo posible de los partidos seguirá estando, por tanto, en el horizonte de esta iniciativa cuando se encare el tramo final del año.

Al igual que la extinta ponencia parlamentaria, se buscará alcanzar un acuerdo amplio sobre la memoria reciente de cara a cimentar la convivencia futura. Un proceso que tiene la meta fijada el próximo Día de la Memoria y que, según Beatriz Artolazabal, consistirá en establecer una “dialéctica historia-memoria”. “Mirar a través de los ojos de las víctimas y al mismo tiempo trascender la simple memorialización de la historia”, añadió. “Se trata sobre todo de historizar esas memorias, de explicar y de comprender los porqués”, concluyó.

Este proyecto se sustenta en dos mandatos, el del programa de gobierno 2020-2024, que aboga por promover una “memoria crítica del pasado de terrorismo y violencia”, y el plan de Gogora 2021-2024, que plantea impulsar un acuerdo plural sobre la memoria reciente para aportar a la convivencia.

“El proyecto pretende propiciar una nueva mirada sobre la dialéctica historia-memoria”

Consejera de Igualdad y Justicia