El Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona ha condenado a la activista feminista Ainhoa Larumbe Biurrun a pagar una multa de 2.400 € por un delito de resistencia.

La sentencia, con fecha de 2 de mayo, hace referencia a unos hechos que se produjeron el 8 de marzo de 2021 frente al Parlamento de Navarra. Ese día, durante una movilización improvisada con motivo del día de la mujer, la acusada se vio involucrada en un altercado con la Policía Foral que terminó con su detención y una petición de la Fiscalía de 15 meses de prisión por, supuestamente, haber pegado una patada a un agente.

La acusada, que a las 12 de la mañana de aquel día se dirigía al trabajo, vio frente al Parlamento de Navarra a un grupo de mujeres que había llegado hasta allí en una movilización feminista de carácter improvisado. Se acercó a tomar unas fotografías y se colocó en la zona más cercana a la pancarta que portaban las mujeres.

Todo fue muy rápido -Larumbe Biurrun no pasa en el lugar ni dos minutos- y de un momento a otro, junto con otras personas, se vio involucrada en un forcejeo con la Policía Foral, que se acercó a retirar la pancarta y desalojar a las mujeres de la zona. El embrollo se saldó con su detención -que le provocó lesiones que derivaron en una baja de más de un mes por lesiones cervicales y de hombro- después de que un agente la señalara como la persona que le había propinado una patada en la espinilla durante un tumulto.

En un principio, la Fiscalía pedía para ella 15 meses de prisión por un delito de atentado contra la autoridad. Pero la jueza rebaja esa pretensión hasta zanjar el tema con una condena por delito de resistencia que lleva aparejada una multa de 10 euros por día durante ocho meses y las costas del proceso. La defensa de Larumbe Biurrun, que siempre ha negado la agresión, recurrirá la sentencia.

EL POLICÍA ESTÁ SEGURO

La jueza dicta en su sentencia que la actitud de Larumbe “no fue tan calmada y pacífica como pretendió hacer ver”.

Se basa en que cuando la Policía Foral acudió a desalojar al grupo ella se quedó en el centro de la calzada, ayudó a otras personas a impedir que los agentes retiraran la pancarta e hizo fuerza con su cuerpo para evitar que la policía desplazara a las manifestantes hasta la acera pese a que la calle Navas de Tolosa estaba cortada al tráfico porque en ese mismo lugar y más o menos a la misma hora se había producido una concentración -en este caso comunicada- de trabajadores de M. Torres que protestaban contra los despidos en su planta.

La sentencia reconoce que Larumbe Biurrun tenía “las manos en alto” -en una clara demostración de no querer contribuir a más bronca que recogieron varios vídeos que aportó la defensa en el proceso-, pero aun así la jueza entiende que se trató de una actitud de resistencia física punible.

En ese momento de forcejeo es cuando el policía dice que recibe una patada en la espinilla. La sentencia recoge que el propio agente fue incapaz de ver quién le golpeó, pero al mismo tiempo el funcionario “no tiene duda” de que la patada que recibe es de Larumbe Biurrun porque era la única persona que en ese momento estaba frente a él, algo que la sentencia cree que está acreditado por la grabación de las cámaras exteriores del Parlamento.

EL VÍDEO ES POCO CLARO

Es un vídeo confuso y que aclara más bien poco. Lo reconoce la propia sentencia. La jueza se apoya en el informe de Fiscalía que ya asumió que esta era una “agresión difícil de poder verse” porque es “un golpe en la espinilla que se da en medio de un tumulto, con una pancarta de por medio y en el que la atención “no está en lo que pasa a los pies”.

Dada la poca claridad del vídeo, la sentencia tiene en cuenta que “el agente de policía ha mantenido en todo momento esta incriminación” y considera que no se le puede presuponer un ánimo vengativo. Es decir, que en última instancia es la versión del policía -y no una prueba gráfica que se asume muy confusa- la que motiva la condena por una “manifestación de violencia” que “no puede ser calificada de grave”.