Ha sido un año negro, un auténtico horror, al que convenía ponerle cremallera cuanto antes. La historia criminal en Navarra ha escrito este año demasiadas páginas desagradables. Y la tendencia en cuanto a la estadística de homicidios y asesinatos no puede ser más fea en esta tierra. Ya son dos los ejercicios consecutivos en los que las víctimas de episodios violentos se sitúan muy por encima de lo que venía siendo el patrón de la última década. Habrá que ver cuándo las aguas vuelven a su cauce. El año 2018 lo ha cerrado Navarra con nueve muertos por crímenes, dos de ellas por violencia de género, el año más trágico desde 1994 cuando hubo diez muertes homicidas.

La oleada de muertes violentas comenzó en enero con el fallecimiento de un octogenario que había sido apuñalado en una residencia en Cárcar por otro de los internos días antes de finalizar el 2017. En abril, Olite vivió un doble parricidio cuando un hombre mató a su padre y madre y después se quitó la vida.

Agosto fue un mes que empezó sangriento y acabó de la misma forma. El día 5, un hombre de 38 años mató al padre de su novia tras discutir con él y después se atrincheró en un piso en el barrio pamplonés de San Jorge. Tan solo 20 días después, se arrestó a otro varón por matar a su mujer, que presentaba múltiples golpes, en Huarte.

El suceso más cruel, que acabó con tres fallecidos por disparos de arma de fuego, sucedió en el mes de septiembre en Cáseda. Allí, una relación de pareja tortuosa acabó con tres miembros de la familia Jiménez Echeverría asesinados en plena calle. Un mes después, un hombre mató a su exnovio con un arma de fuego y después se suicidó en su piso de Orkoien.

Fue en octubre cuando la violencia de género se cobró la última víctima de homicidio o asesinato en Navarra. Una mujer, tras varios días ingresada en extrema gravedad, falleció a causa de graves quemaduras que sufrió en un incendio provocado supuestamente por su pareja en Pamplona.

5 de agosto de 2018. Un mediodía de canícula de agosto, el barrio de San Jorge se vio sobresaltado por un hecho trágico. Moisés Fernández Chando, de 38 años, incluso observaba desde la ventana de su casa cómo las patrullas policiales se dirigían a detenerle tras acabar a golpes con la vida del padre de su novia, Juan Vázquez Cabral, de 60 años. Tras una discusión agria, Fernández desató su ira en la vivienda. Está en prisión desde entonces y su caso sigue en instrucción. El forense debe determinar en un informe sobre si Fernández Chando es imputable.

25 de agosto de 2018. Poco después del mediodía los vecinos de la calle Zarrondoa de Huarte se vieron sobrecogidos por el alboroto de emergencias. Natalia Balyuk, de 38 años y de origen ucraniano, era evacuada en ambulancia en estado crítico con diversos traumatismos por todo el cuerpo. Moría poco después en el hospital. La investigación policial señaló a su marido, Artem Balyuk, como causante de los golpes. Los dos vivían con la madre de él en el piso, estancia que esta última trató de limpiar. El hombre fue enviado a prisión.

18 de abril de 2018. El pasado año supuso un antes y un después en la historia reciente de Olite y en la vida de sus vecinos cuando un doble parricidio llenó de oscuridad la localidad. Aquella tarde de abril quedó marcada con la muerte de Valeriano Casanova, de 81 años, y Pilar Ovejas, de 72 años, y el hijo de ambos, Ciriaco Casanova Ovejas, de 47 años. Según apuntaron las investigaciones policiales, este último acabó con la vida de sus progenitores a los que disparó con un arma de fuego y posteriormente se quitó la vida de la misma manera.

10 de octubre de 2018. Parece que ningún vecino se percató de nada especialmente extraño. Pero fue una hermana de José Luis González Cuesta, de 53 años, la que encontró a este último y a su expareja, Marin Vasilev Chernev, de 41, sin vida y con sendos disparos de arma de fuego en el domicilio del primero, ubicado en Orkoien. Las primeras investigaciones de la Policía Foral apuntaron a que González habría disparado a su exnovio en el curso de una discusión y después se habría quitado la vida.

16 de octubre de 2018. Yolanda Jaén Gómez, de 50 años, fue la segunda víctima mortal que se cobró la violencia de género el pasado año en Navarra. Lo que, en principio, parecía ser un incendio doméstico en la calle Mayor de Pamplona, terminó con la investigación del Juzgado de Violencia sobre la Mujer por un presunto fuego provocado por su propia pareja, Roberto Domínguez, de 47 años. La mujer sufrió graves quemaduras y falleció días después en el hospital. El supuesto autor del fuego se encuentra en prisión provisional.