PAMPLONa - Era un miércoles cualquiera de marzo a una hora de tránsito por la zona. Los dos hombres no se conocían, pero algo provocó que cuando caminaban por la calle Descalzos de Pamplona las palabras de uno soliviantaran al otro y se enzarzaran en una discusión que parecía que no iba a llegar a gran cosa. Lejos de lo que se pudiera pensar, Mohamed B, de nacionalidad argelina y de mediana edad, le siguió la pista al otro hombre, también norteafricano, con el que había mantenido la refriega dialéctica. Este se había desviado hacia el paseo de Ronda, es decir, a la calle que linda con la muralla de Pamplona por encima del ascensor de la calle Descalzos, que conecta con la Rochapea. Y hasta allí le siguió su agresor, según observó poco después, para continuar con la velada esta vez a golpes e intentando arrojarle al vacío desde la muralla. Persistió en su acometida de tal forma que si no llega a ser por la intervención de peatones que caminaban por la zona tal vez hubiera conseguido su propósito.

Ayer, el acusado, Mohamed B., se sentó en el banquillo de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra, donde la petición inicial a la que se enfrentaba era de seis años de cárcel por tentativa de homicidio. Sin embargo, la Fiscalía y su defensa alcanzaron una conformidad antes de que se desarrollara la vista oral y no fue necesario que esta se celebrara. El procesado fue condenado a 15 meses de prisión por el intento de homicidio con la atenuante muy cualificada de reparación del daño. Ha hecho frente hasta ahora al pago de 1.200 euros para saldar las lesiones sufridas por la víctima. Le quedan pendientes otros 600 euros, que los abonará en los dos próximos meses. No tendrá que ingresar en prisión al tratarse de una pena inferior a dos años, saldar la mayor parte de la indemnización y carecer de antecedentes penales.

ARAÑAZOS EN LA CARA Los hechos por los que le condenaron ocurrieron sobre las 20.15 horas del 28 de marzo de 2018 cuando ambos hombres se cruzaron por la calle Descalzos. Una vez que el acusado cogió de nuevo por banda al herido en el paseo de Ronda volvió a discutir con él. Y luego le agredió. Le empujó contra el murete de la muralla, que en ese punto alcanza los 7,20 metros de altura, le dio un empellón contra el mismo para precipitarlo y, al no conseguirlo en una primera ocasión, le puso la zancadilla y le llegó a levantar del suelo sobre el murete. Ahí fue cuando terceras personas impidieron una desgracia ma-yor. La víctima sufrió lesiones como distintos arañazos en el ojo, en la zona nasal y en el labio. Le restan como secuelas dos cicatrices.

28 de marzo de 2018. Los hechos juzgados ayer en la Sección Primera de la Audiencia ocurrieron a media tarde del 28 de marzo del año pasado en el paseo de Ronda, junto al ascensor de Descalzos.

La intervención de terceros, clave. Varios peatones que caminaban por la zona impidieron que la agresión pudiera culminarse al arrojar al vacío a la víctima.