Pamplona - Navarra ha retomado el pulso de la apuesta por la biomasa como energía renovable tanto desde un punto de vista medioambiental como por ser una palanca de creación de empleo y desarrollo en el ámbito rural. El III Plan Energético Navarra Horizonte 2020 aprobado en la etapa de UPN supuso un revulsivo en su día tanto en el número de ayudas concedidas como en la cantidad de energía de este tipo consumida. El gobierno del cambio cogió el testigo en este ámbito aprobando un nuevo plan energético (Horizonte 2030) que renueva el compromiso por este tipo de energía reforzando el apoyo institucional y que ahora, al final de la legislatura, ha recibido el empujón de liderar un proyecto europeo en esta materia, el plan PromoBiomasse (Interreg Sudoe) a través de Nasuvinsa y Lursarea. La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Isabel Elizalde, y el director gerente de Nasuvinsa, José María Aierdi, presentaron ayer esta iniciativa que pone el foco en utilizar la madera de bosques y restos forestales para generar un combustible mucho más sostenible que otras fuentes al tiempo que puede crear empleo en el ámbito rural y combatir la despoblación. Según los datos que aportó, Navarra cuenta con una reserva de 60 millones de metros cúbicos de madera y existe una “amplio margen” ya que sólo se utiliza para generar energía una cuarta parte del “crecimiento corriente anual de la superficie arbolada de la Comunidad Foral, que en total suma 450.000 hectáreas y que va en expansión ya que hace 25 años el volumen era 5 millones inferior al actual. De esta manera la consejera apunta a que se pueden utilizar para este fin unas 200.000 toneladas por año.

La empresa pública Nasuvinsa lidera un proyecto europeo para promover el uso de la biomasa forestal en el parque residencial y edificios públicos, que pasa por articular la provisión de astilla como materia prima, estimular la demanda e invertir en instalaciones térmicas. Se trata del plan PromoBiomasse, del programa Interreg Sudoe para el sur de Europa, presentado ayer por Elizalde, quien explicó que se promoverá el uso de la biomasa forestal procedente de los bosques de Navarra como fuente preferente de energía renovable en los sistemas de calefacción del parque de vivienda de la Comunidad Foral y edificios dotacionales. Inicialmente serán los de titularidad pública, pero con vocación de extenderlo en un futuro también al sector residencial privado. Durante su intervención en una jornada técnica en Pamplona, Elizalde destacó que “en Navarra tenemos un gran potencial de producción de biomasa forestal, una fuente de energía renovable y competitiva, cuyo aprovechamiento sostenible permite gestionar masas abandonadas, reducir riesgo de incendios y adaptarnos al cambio climático, además de generar empleo y reducir la 2/4 dependencia energética del exterior”, dijo.

En este sentido, Elizalde añadió que “debemos explotar el excelente potencial que tiene este tipo de energía, un recurso infrautilizado que se localiza en las zonas rurales, pudiendo llega a movilizarse unas 200.000 toneladas al año”, apuntó.

La Administración navarra tiene especial interés en impulsar y emprender acciones para favorecer el uso de la biomasa forestal por las “importantes ventajas que esta alternativa ofrece desde el punto de vista de la sostenibilidad, de la producción de fuentes renovables, por sus potencialidades para generar empleo local en las zonas productoras forestales y por su contribución a la estrategia europea de transición energética y descarbonización de las ciudades”.

En la jornada de trabajo participó personal técnico de Nasuvinsa, la agencia Lursarea y del Ejecutivo foral, así como representantes del sector privado. También forman parte de este proyecto europeo, impulsado desde el programa europeo Interreg Sudoe para el sudoeste de la UE, el Centre Tecnològic Forestal de Catalunya, la Agencia Extremeña de la Energía, las comunidades forestales francesas de los Pirineos Atlánticos y Plateu de Lannemezan y la agencia portuguesa de energía Enerarea.

Otras iniciativas. Además, la puesta en marcha de este proyecto europeo que liderará Nasuvinsa coincide con la próxima adjudicación por parte de esta sociedad pública del contrato de concesión de la explotación de la Central de Calor de la Txantrea, una novedosa planta alimentada por biomasa forestal en un 90% con capacidad para dar suministro a las redes de calefacción y agua caliente a más de 4.500 viviendas y varios edificios dotacionales en este barrio pamplonés, entre otros hitos y retos de esta legislatura.