los informes médicos que obran en las actuaciones en las que ha sido condenado el joven de la información superior, por pegar a sus padres, a policías, enfermeras, celadores o a funcionarios de prisiones, abordan un trastorno como el síndrome de Gilles de la Tourette que es de aparición casi excepcional en los procesos judiciales. Dicho diagnóstico motiva que en la mayoría de resoluciones a las que ha tenido que hacer frente se le aplique la eximente incompleta de enajenación mental, es decir, tiene una responsabilidad penal pero dicha patología afecta gravemente a su razón y voluntad y le rebaja la pena. Se trata de un trastorno que comienza en la infancia o adolescencia y suele durar toda la vida, según los especialistas. También se suele denominar Trastorno de tic múltiples motores y fonatorios combinados y, de hecho, no suele permitir más de tres meses de periodo de tiempo libre de tics. Tiene como síntomas asociados las obsesiones y compulsiones, así como la hiperactividad, distraibilidad y la impulsividad que, en el caso del acusado, se materializan en conductas disruptivas y violentas. De hecho, resulta significativo que tiene pendiente una causa judicial en Zaragoza, porque en el locutorio de la prisión de Zuera, tras dejarlo completamente inutilizado. Al día si-guiente, en la celda de aislamiento, se dirigió a los funcionarios con insultos, rompió los cristales y el interfono de la misma, y como quiera que los funcionarios se acercaron para tranquilizarle les atracó propinándoles golpes, patadas y mordiscos. En situaciones así, responde con violencia. - E.C.