madrid - Más de 70,8 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la guerra o la violencia en 2018, la mayor cifra tras la II Guerra Mundial, fueron ayer los protagonistas del Día Mundial de los Refugiados, en un momento en que esa crisis que no deja de crecer.

El aumento de la cifra de quienes huyen se ha duplicado en las dos últimas décadas, hasta adquirir un carácter global, mientras el mundo desarrollado se aleja cada vez más de las políticas solidarias que podrían combatir el fenómeno.

Muchos países de África, Oriente Medio y Asia han tomado el relevo de lo que en otro tiempo fueron Europa o EEUU, pero no son naciones ricas ni con medios y necesitan el apoyo de la comunidad internacional, como recuerda la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Casi un tercio del total de la población refugiada que existe en el mundo huyó de un país de África subsahariana: Sudán del Sur, Somalia, Sudán o la República Democrática del Congo (RDC) ocupan los primeros puestos de una lista donde solo se figura por necesidad.

No obstante, de los algo más de 7 millones de refugiados subsaharianos, las naciones africanas acogen a unos 6,3 millones. Según datos de ACNUR en 2018, casi 4 de cada 5 refugiados viven en países vecinos al suyo de origen.

Es el caso de Uganda, el tercer país del mundo que acoge a más población refugiada debido a una política de puertas abiertas.

“La situación es muy grave para mucha de esta gente porque no hay suficiente ayuda y se ha cortado en muchos países”, explica el portavoz del Consejo Noruego de Refugiados (NRC), Geno Teofilo.

Asimismo, las políticas europeas y estadounidenses han forzado que los procesos de reubicación se hayan ralentizado.

“Menos reasentamiento significa que más y más refugiados vivan durante años, incluso décadas, en los campos”, explica el experto en Sudán del Sur de la ONG Crisis Group, Alan Boswell.

El conflicto en Siria es el más grave de Oriente Medio, pero no el único, pues la violencia en Irak y Yemen también desestabiliza una de las principales zonas de acogida del mundo. Y a ellos hay que sumar a 6 millones de refugiados palestinos.

Desde que comenzó la guerra siria en 2011, 6,6 millones de personas se han desplazado internamente, mientras que más de 5,5 millones han huido del país. De estos, más de 900.000 se encuentran en el Líbano, según ACNUR, aunque las autoridades elevan esa cifra por encima del millón y medio.

En Irak hay alrededor de 3 millones de desplazados internos aunque solo unos 360.000 están refugiados en otros países. Una cifra similar de extranjeros, unos 300.000, fundamentalmente sirios han encontrado refugio en esta nación árabe.

Yemen, el país con la peor catástrofe humanitaria, cuenta con unos 3 millones son desplazados internos y decenas de miles han huido en los últimos años a países como Somalia, Arabia Saudí o Jordania.

latinoamérica México y Costa Rica fueron los países que más solicitudes de asilo recibieron en 2018, con 57.600 casos, en Latinoamérica, región donde más de 7 millones de personas están en condición de desplazamiento, 4 millones de ellos venezolanos, cuyo éxodo se ha convertido en una de las crisis migratorias más complejas.

Según ACNUR, las peticiones de asilo se han disparado y 3 de los 10 países de los que proceden más solicitantes de asilo en todo el mundo son latinoamericanos: Venezuela, El Salvador y Honduras. En 2018, el mayor número de nuevas solicitudes de asilo en el mundo correspondió a venezolanos (341.800).

En EEUU, en 2018 fueron acogidas 22.491 personas, con la RDC en primer lugar como origen de refugiados (7.878), seguida por Birmania (3.555), Ucrania (2.635), Bután (2.228) y Eritrea (1.268).

En la Unión Europea (UE), el número de ciudadanos no comunitarios que viven legalmente supera los 20 millones, a los que hay que sumar otros 10 millones de indocumentados, cifra similar a la que soporta EEUU, según datos oficiales de 2018. El Mediterráneo es el foco dramático de la emigración a Europa. - Efe