pamplona - El Tribunal Supremo ha dado un golpe de realidad a la sociedad confirmando las penas de los dos responsables principales de una red que explotaba sexualmente a niñas llegadas desde Nigeria. La sentencia carga duramente contra la trata con fines de explotación sexual que se comente en locales de España donde “la dignidad humana carece de la más mínima significación, con tal de obtener el beneficio para el cual las mujeres han sido traídas como si fueran seres cosificados”.

El Supremo advierte que “no hace falta irse a lejanos países para observar la esclavitud del siglo XXI de cerca, simplemente adentrarse en lugares tan cercanos, a lo largo de los márgenes de nuestras carreteras, en donde hallar uno o varios clubes de alterne en cuyo interior se practica la prostitución con personas forzadas, esclavizadas, a las que se compra y se venden”. El tribunal confirma la condena a 39 años y dos meses de prisión que la Audiencia Provincial de Madrid impuso en 2018 a la pareja considerada responsable de esta organización.

Los hechos que se juzgan se remontan a 2009. Los engaños comenzaron en Nigeria, donde un familiar propuso a una de las víctimas viajar a España para estudiar. Su padre accedió y, sin saberlo, condenó a su hija. Ocurrió en 2013. Cuando la niña llegó a Madrid, se topó con la realidad: la encerraron, le prohibieron comunicarse con el exterior, la golpearon. Le reclamaban 60.000 euros de deuda que debía pagar a cambio de sexo con hombres en clubes de alterne. Para atemorizarla, la sometieron a un ritual de vudú.

Tras las amenazas, el ritual de vudú consistía en cortarles el pelo, el vello público y de las axilas, las uñas. Las forzaban a beber un brebaje y el miedo a que les pasara algo a ellas o a sus familias era tal, que quedaban controladas, a merced de los deseos de Papá Busch o Mr. Godwin, como conocían a uno de los cabecillas de la trama, y su mujer. Ella se encargaba de vigilarlas cuando llegaban a España. Solo una de las cuatro mujeres sabía que al llegar se prostituiría hasta poder pagar los gastos del viaje. Las encerraron. Fueron golpeadas y explotadas sexualmente cada día.

fases del delito El TS analiza las distintas fases en las que se articula el delito de trata de personas. En la primera fase de captación, que equivale al “reclutamiento” de la víctima, se utiliza el engaño, la coacción para lograr el “enganche” o aceptación de la protesta. Así, se mantiene a la víctima bajo control. El traslado es la segunda fase, ya sea dentro del país o con cruce de fronteras. Esta está relacionada con la técnica del “desarraigo” cuyo objetivo es aislar a la víctima de su familia, amistades y vecinos para conseguir su aislamiento, mantener su control emocional y explotarla. La segunda fase se materializa con el traslado de la víctima al lugar de explotación.

La última fase es la de “explotación” que consiste, según la Sala, en la obtención de beneficios financieros, comerciales o de otro tipo a través de la participación forzada de otra persona en actos de prostitución, incluidos actos de pornografía o producción de materiales pornográficos.

La sentencia reitera la jurisprudencia de la Sala sobre el delito de trata de personas que afirma que se cometen tantos delitos como víctimas, por lo que no es posible considerar un único delito ni un delito continuado. - D.N.

“no hace falta irse a lejanos países para observar la esclavitud”

La sentencia, cuyo ponente es Julián Sánchez Melgar, sostiene que la esclavitud del siglo XXI se halla en los clubes de alterne en cuyo interior se practica la prostitución con personas forzadas, esclavizadas, a las que se les compra y se vende en distintos establecimientos sin tener en cuenta su dignidad y derechos como seres humanos