pamplona - La botánica Pamela Diggle, con su charla Las plantas en nuestro mundo cambiante, presentó parte de sus estudios sobre el desarrollo de las plantas en Alaska, que se encuentra en una de las latitudes más altas del planeta y donde las temperaturas cálidas en cada estación han aumentado en un 45 por ciento.

Diggle avisó que en esta zona del mundo el efecto del cambio climático se agudiza más que en ninguna otra parte, lo que está cambiando tanto a la fauna como a la flora autóctonas, algo que tiene consecuencias graves para el medio ambiente.

“Si una planta florece pronto, se arriesga a sufrir heladas. Si lo hace en un tiempo equivocado, no tiene polinizadores y no dan fruto”, esgrime la botánica, que explicó cómo tanto ella como sus compañeras de proyecto estudian la correlación entre temperatura y floración de las plantas.

“Colocamos 120 invernaderos en bosques de abetos y abedules, además de en ocho plantas representativas del bosque boreal (taiga). Con eso logramos subir la temperatura dos grados”, una cifra suficiente que coincide con las proyecciones de aumento de temperatura en los próximos años.

Con ello, tanto Diggle como sus compañeras podrán obtener información “para conocer, entender y predecir el cambio climático”, que provoca aspectos tan negativos y cada vez más visibles como “sequías, cambios en los patrones de precipitaciones, pérdida de hábitat de los animales y aumento de especies invasoras”.

A pesar de parecer un problema trivial, el cambio del desarrollo de la floración de las plantas afectará gravemente a la forma de vida futura. Y es que “las plantas generan oxígeno, frutos que comemos y que también comen los animales de los que nos alimentamos”. Son el comienzo de la vida y están empezando a cambiar. - J.V.C.