una jornada para reivindicar una sociedad inclusiva, ofrecer una imagen positiva de la discapacidad a través del juego y pedir que cuenten con ellos para poner en marcha cualquier recurso. Este fue el objetivo de la I Fiesta de la diversidad, un evento de ocio sin barreras organizada por Cocemfe Navarra (federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica), que engloba a 20.500 personas en la Comunidad Foral. “Hemos querido convertir la vieja estación de autobuses en un espacio de convivencia, en el que el niño o niña con discapacidad no se quede mirando porque no puede jugar como el resto”, aseguró el presidente de Cocemfe Manuel Arellano, quien apostó por “mostrar desde edades tempranas la importancia de la diversidad y la accesibilidad para construir una Navarra en la que quepamos todos y todas”.

La I Fiesta de la Diversidad ofreció actividades infantiles para todos los niños y niñas, también quienes tengan discapacidad. Hubo futbolín humano, circuitos hinchables accesibles y pintacaras, así como regalos, pintxos o la actuación del grupo de txalaparta de la Asociación Síndrome Down. Un evento que quiso reflejar, afirmó Arellano, que “sí se quiere se puede, ya que en muchas ocasiones no se trata de dinero sino de pensar en las personas con discapacidad”.

En Navarra, según el reciente Plan de Discapacidad del Gobierno foral, hay más de 32.000 personas con discapacidad. La cifra global supera las 41.600 si se tiene en cuenta todas esas discapacidades con más dificultades para obtener el certificado. De las que sí tienen el certificado, un 64% (20.500 personas) tienen discapacidad física y orgánica. “Queremos visibilizar a este colectivo hoy en el Día de la discapacidad física y orgánica, sobre todo, a estas últimas del mismo modo incapacitantes pero con el añadido de la incomprensión al no detectarse a simple vista”. En opinión de Arellano, a pesar de los avances logrados, “estamos a un mundo de lograr una sociedad inclusiva”. Seis de cada diez personas con discapacidad están sin trabajo, una de cada cien llega a la universidad, 9 de cada 10 tiene barreras en el ocio y la cultura, y más de la mitad de las viviendas tiene problemas de accesibilidad”. Hay una ley de 2017 que dice que todos los productos, entornos y servicios deben ser accesibles, pero no se cumple.