- El bar Bearán fue uno de los pocos bares de la calle San Nicolás que abrió sus puertas ayer, lo que provocó que tuviera clientela durante toda la mañana. "Hemos abierto a las doce y sobre todo han venido clientes habituales a tomar el vermú. El servicio es diferente y más costoso porque tienes que hacer esperar a la gente, desinfectar y llevarles todo a la mesa, pero estamos contentos de poder abrir", explicó Aitor Azanza, uno de los propietarios del establecimiento.

A la hora de la comida, varias personas esperaban su turno en la puerta para poder entrar. "Tenemos unas 16 reservas para hoy y esperamos llegar a las 25-30. Hay muchas de trabajadores y gente que duerme en el hostal", señaló. Con el nuevo aforo, solo podrán servir a un máximo de 30 personas, y los clientes tendrán menos opciones para elegir en el menú, que tendrá un precio más económico.

Una de las personas que eligió este sitio para comer fue Francisco Javier Ramón, valenciano de 30 años que vive en Pamplona desde hace unos meses, y quien tenía "muchas ganas" de comer fuera de casa. "Es lo primero que he hecho al pasar de fase. Estaba en casa y, como mañana empiezo a trabajar, aprovecho para comer por ahí", admitió.