ueron los primeros en bajar las persianas de sus establecimientos cuando comenzó a aumentar el número de contagios en Navarra, y, casi tres meses después, los chinos reabren sus bares y bazares concienciados con las medidas de seguridad y de higiene que tienen que tomar para que estos lugares sean seguros para ellos y sus clientes.

Cerraron sus locales una semana antes de que se decretara el estado de alarma motivados por las medidas que se estaban llevando a cabo con éxito en China para evitar la propagación del virus, y en un momento en el que, aquí, la ciudadanía todavía no tomaba demasiadas precauciones.

"Recuerdo que el 5 de marzo tuvimos una reunión y comentamos que no se aplicaban las medidas. También lo entiendo, porque hasta que no llega la gente no sabe lo que es, pero, en mi pueblo, cuando salió un caso ya estaba el protocolo y todo el mundo tenía que estar en cuarentena en casa, ya que el virus es muy contagioso. Aquí, al principio, la gente iba normal y estaba pensando en que todos los años con la gripe muere más gente", explicó Maite (Aiwei) Huang, vicepresidenta de la Asociación Chinos de Navarra.

Por su cultura, los chinos tienen más interiorizadas las medidas de precaución, y les tranquiliza saber que ahora también las está tomando toda la población navarra. "Nosotros teníamos algo más de conocimiento porque en febrero ya estábamos hablando del virus, por eso tomamos más precauciones. Sabemos tomar las medidas y además tenemos mascarillas porque la familia desde el principio se preocupaba y nos las mandaba de China", señaló Huang, que regenta un bar y una inmobiliaria, y ve que "la gente ha tomado más precaución que antes y ya lo estamos haciendo bien. Es por eso que ahora nos sentimos más seguros y ya estamos trabajando con más tranquilidad", añadió.

A pesar de esto, aseguró que "hay que tomar mucha precaución" y que es fundamental llevar mascarilla, guardar la distancia de seguridad entre personas y lavarse mucho las manos. Al respecto, confesó que en su bar observa que las personas actúan de forma "totalmente diferente, porque antes algunas me decían que esto era como una gripe, que para qué cerraba, y ahora por ejemplo los clientes que vienen a mi terraza primero me preguntan a ver si se pueden sentar y, cuando se levanta alguien, hasta que no desinfecto las mesas y las sillas no se sientan. Muchos también llevan su propio gel desinfectante". Por todo ello, opinó que, si seguimos así, "y todo el mundo respeta las normas, yo creo que vamos a ir mejorando".

Huang aseguró que en ningún momento ha sentido que los clientes hayan cambiado su actitud con ella por ser china. "En Navarra nosotros trabajamos igual en el negocio y nadie nos ha dicho que los chinos traigamos el virus. No me he sentido mal por eso; tampoco al principio. Yo creo que la mayoría de gente sabe que, aunque en principio el virus haya salido de China, ahora está en todo el mundo", confesó.

La vicepresidenta de la Asociación Chinos de Navarra valoró como positivo el hecho de que decidieran cerrar sus establecimientos antes de que fuera obligatorio, ya que, para ella, era una forma de cuidar a sus clientes.

Huang comentó que la mayoría de chinos empezaron a trabajar desde la fase 1, excepto los propietarios de los bares que no tienen terraza, que lo harán ahora en la fase 2, o a los que no les sale rentable abrir sus locales. "Cada familia es diferente y tiene su situación. Ahora cada uno es libre y sabe lo que tiene que hacer. Hay que calcular los gastos y ver si llegamos a pagarlos o no para abrir", explicó.

Huang confesó que, durante estos meses, lo que más valor tenía para ellos es la salud. "Tenemos diferentes culturas, y yo creo que los chinos pensamos más en salud. Ahora sí nos estamos preocupando por otras cosas, pero en casa decíamos: '¿Si no tenemos la vida, para qué pensamos en la economía?'", reconoció. En estos momentos, aunque afirmó que "es una situación muy complicada", expresó que "lo más importante es que ya estamos en la calle y tenemos abiertos los negocios; hay que ser positiva y tener paciencia".

En ese sentido, señaló que "hay que pensar en que tenemos que vivir con el virus hasta que no haya vacuna. Ya hemos pasado lo peor y ahora nosotros solo somos gente normal que empezamos a trabajar muy duro. Hay menos clientes, pero hay que estar y aguantar. Las decisiones en la economía ya dependen del Gobierno", concluyó Huang.