Navarra ha registrado, cuatro meses después de detectarse el primer caso de COVID-19 en la Comunidad Foral (29 de febrero), cero positivos nuevos de coronavirus, una enfermedad que, según las pruebas diagnósticas, han pasado un total de 10.351 personas.

Los estudios de seroprevalencia, ha informado en conferencia de prensa la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Induráin, elevan esta cifra a un 6,4 % de la población navarra, unas 41.000 personas, en su gran mayoría (el 80 %), leves y atendidas en su domicilio. Un 30 % de ellas, ha señalado, "ni se han percatado de que lo padecían".

La "cara dura" de la pandemia, ha indicado la consejera, han sido las casi 2.000 personas hospitalizadas, 139 de ellas en la UCI, y los 528 fallecidos en Navarra.

La consejera ha alertado no obstante de que ésta es "una pandemia que por desgracia no ha terminado, que sigue latente, como recuerdan los continuos brotes y amenazas" existentes.

Tras resaltar que han sido cuatro meses "que han pasado muy rápido, pero que también han sido eternos", la consejera ha apuntado que ésta es "una nueva realidad en la que se mezcla la euforia con la preocupación, el relajamiento con la tensión".

El sistema sanitario y sus profesionales "están exhaustos del esfuerzo", ha declarado la consejera, quien ha destacado que el reto se ha traducido también en "un sobreesfuerzo económico importante", ya que se han realizado 1.577 contrataciones, que se mantendrán durante el verano, y hasta finales de mayo se había hecho un gasto extra de 29 millones de euros, a los que se añadirá el gasto hasta final de año y por una posible segunda oleada.

Induráin ha señalado que la apertura de fronteras provocará posiblemente un repunte de casos, como ha ocurrido en otras comunidades.

Al ser preguntada por su "balance personal" de la pandemia, ha reconocido que nunca, como médico de familia, ha asistido a algo parecido. "No estábamos acostumbrados ni esperábamos que una situación así de desbordante" se pudiera producir, ha dicho la consejera, quien ha aseverado que "esto te afecta personal y humanamente".

La consejera ha asegurado en ese sentido que "ha resultado muy duro", aunque también ha valorado el haber visto trabajar "como nunca" a los profesionales en todas las áreas, "teniendo muy claro que trabajaban por personas".

Induráin, quien ha declarado que hacen autocrítica y la seguirán haciendo, ha afirmado que "ha habido situaciones que, si echamos la vista atrás, se harían de otra manera", pero en general ha considerado que se ha hecho "razonablemente" bien las cosas.

El director general de Salud, Carlos Artundo, ha destacado la importancia del plan de transición y contingencia ante posibles rebrotes, que estará vigente en los meses de verano y que habrá que actualizar al final del mismo.

Al respecto, ha informado de que se mantiene un retén de refuerzos COVID y la capacidad de ampliar camas en planta y UCI en unas horas para atender los "nuevos brotes que inevitablemente se van a seguir produciendo".

Una de las principales apuestas, ha añadido, debe ser la Atención Primaria, en la que se quiere atender en verano los programas más vulnerables, así como el refuerzo de la unidad de atención sociosanitaria, "para atender de la mejor manera posible a las personas que están en residencias".

Los hospitales mantienen en julio y agosto la actividad propia de las vacaciones de verano (dos tercios de la habitual) y no se van a utilizar las camas de los hospitales privados.

Artundo ha comentado que, en esta pandemia, "hemos mejorado en resiliencia, en solidaridad, en sentido de comunidad". El mensaje a transmitir, ha dicho, es "o nos salvamos todos o no se salva nadie".

Ha manifestado que no se debe volver a "la vieja realidad", una realidad "insostenible, de modelos en parte superados, y también aquí incluyo la política de trincheras, de ruido, de enfrentamiento brutal en los niveles políticos, a nivel de comunidad".

El director general de Salud ha expuesto algunas "lecciones" aprendidas en estos meses, entre ellas "la necesidad de estar preparados" en Navarra "para lo que nos queda de esta pandemia y también para las que puedan venir en el futuro".

También ha opinado que "es fundamental invertir inteligentemente en salud", en "aquello que produce resultados" y que "mejora la salud de la gente".

Otra lección es la de contar con "un dispositivo estratégico" de material sanitario, ha dicho Artundo, quien ha explicado que Navarra tiene ya "una cierta reserva", aunque se quiere hacer acopio para poder disponer de material para tres meses con un patrón de consumo de emergencia, equiparable al de finales de marzo. También ha defendido el potenciar la producción local de equipo sanitarios.

Artundo ha planteado asimismo la necesidad de mejorar la atención a los mayores, incorporar las nuevas tecnologías a la sanidad navarra, reforzar la atención primaria y crear un nuevo marco de autonomía de gestión en el SNS-O para responder con más agilidad a una pandemia.