La presidenta de Navarra, María Chivite, ha participado esta mañana en el acto de homenaje a las víctimas del COVID-19 organizado por el Gobierno de España en el Patio de la Armería del Palacio Real de Madrid. La ceremonia civil ha estado presidida por el rey Felipe VI, la reina Letizia y las Infantas, y en ella han participado 400 personas, entre autoridades europeas, nacionales y autonómicas, familiares de las víctimas y representantes de los colectivos que han luchado contra la pandemia.

El Gobierno de España al completo y todos los presidentes autonómicos han participado en el homenaje en el Patio de Armería, en el que se ha encendido una llama y en el que cada uno de los asistentes ha ofrecido una rosa blanca en recuerdo de las víctimas. La Presidenta Chivite ha acudido al acto acompañada del Jefe de la Policía Foral, Juan Carlos Zapico Revuelta, ya que se había invitado a todas las fuerzas y cuerpos de seguridad nacionales y autonómicos, y una de las víctimas navarras de la pandemia.

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Homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus

La Presidenta ha querido así mostrar su apoyo a todas las personas que han fallecido a causa del coronavirus y a sus familias, a quienes han pasado la enfermedad o la están pasando, a los que ha acompañado en su dolor y en esta dura experiencia. También ha hecho público su reconocimiento "a todos los colectivos y personas que día a día han luchado para combatir a esta enfermedad desde distintos ámbitos, y especialmente al personal sanitario, sociosanitario, de emergencias, y a quienes durante el confinamiento han hecho posible la garantía de suministros". Chivite ha recordado que "el virus sigue entre nosotros. Por eso, es preciso mantener las medidas de seguridad e higiene y la distancia física". De nuevo, ha apelado a la responsabilidad individual "porque tenemos que convivir con el virus y tenemos que relacionarnos de otra manera".

Zapico, de la Policía Foral, en el acto de homenaje a las víctimas del COVID.

El discurso del rey y llamada a la unidad

La llamada a la unidad y a mantener el recuerdo y la dignidad de las víctimas del coronavirus ha marcado el homenaje, en el que Felipe VI ha pedido actuar unidos, desde "el respeto y el entendimiento", para superar la crisis derivada de la pandemia.

Para centrar el protagonismo en los que más han sufrido la pandemia, sólo han intervenido, además del rey, un familiar de un fallecido y una enfermera en nombre de las víctimas y de quienes trabajaron en primera línea durante el estado de alarma.

"No olvidemos nunca la lección aprendida", ha rogado a los poderes públicos Aroa López Martín, enfermera jefa de Urgencias del hospital Vall d'Hebrón, para reconocer la labor de los sanitarios y pedir que no se baje la guardia ante los rebrotes que hay en toda España.

Felipe VI ha afirmado que España ha dado "una lección de inmenso valor" y de "espíritu de superación" y ha empujado a vencer unidos las dificultades de la crisis que deja la pandemia, porque "será, sin duda, el mejor homenaje renovado" a quienes han perdido la vida.

"Esa deuda moral y ese deber cívico nos obligan y comprometen a todos. Pongamos juntos, pongamos unidos toda nuestra voluntad, nuestra capacidad, todo nuestro saber, todo nuestro esfuerzo y empeño para poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza. Y hagámoslo desde el respeto y el entendimiento", ha animado el monarca.

El jefe del Estado ha recalcado además "la obligación moral de reconocer, respetar y recordar siempre la dignidad de los fallecidos".

Las víctimas, ha añadido don Felipe, "no están solas en su dolor", que los ciudadanos y siempre "permanecerán en su recuerdo".

El homenaje no puede reparar el dolor de las familias, pero, según Felipe VI, "sí hacer justicia a su vida, a su contribución a la sociedad y a su memoria".

El Gobierno se ha felicitado de que se haya despedido a las víctimas con "honor, dignidad y unidad", ha comentado la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, al término de la ceremonia.

"Los españoles se merecían vernos juntos", ha incidido Calvo, un mensaje compartido con el líder del PP, Pablo Casado, quien ha subrayado que era "un día para estar todos unidos y mandar un mensaje de responsabilidad a toda la población".

Vox no ha asistido al acto por no conocerse la cifra exacta de fallecidos, que según el Gobierno, suman 28.413 según último cómputo. Otros partidos, como ERC y la CUP, también se han ausentado.

A las llamadas de unidad se ha unido Hernando Fernández Calleja, hermano del periodista José María Calleja, fallecido por coronavirus a finales de abril, para quien el actuar todos juntos sería "el mejor homenaje" que brindar a las víctimas.

Calleja ha asegurado que el virus no distinguió entre personas con renombre y anónimas, al tiempo que ha incidido en que mantener "la memoria es un deber".

La intervención de la enfermera del hospital Vall d'Hebrón ha puesto voz a los sanitarios y al sufrimiento padecido.

"Nos hemos tenido que tragar las lágrimas cuando alguien nos decía: No me dejes morir solo. Hemos vivido situaciones que dañan el alma", ha rememorado Aroa López.

La melodía de Barber y de Brahms ha reforzado la emotividad del acto y ha precedido la ofrenda floral ante el pebetero situado en el centro del Patio de la Armería en la que han participado las autoridades, las víctimas y los colectivos invitados.

El acto, en el que se han empleado las lenguas cooficiales, el inglés y el francés, ha concluido con la lectura del poema "Silencio", de Octavio Paz, y un minuto de silencio.

La mayoría de los asistentes ha portado mascarilla negra y ha vestido prendas oscuras en señal de duelo.

Antes de la ceremonia, los cargos institucionales, los dirigentes políticos y los presidentes autonómicos, entre ellos, el de la Generalitat, Quim Torra, han tenido ocasión de charlar de forma distendida entre ellos.

Han acudido los expresidentes del Gobierno José María Aznar, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, a los que el actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha saludado cordialmente con el codo, al igual que a Casado.

La presencia institucional se ha completado con los principales representantes de la UE, entre ellos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, así como miembros de las diversas confesiones religiosas.