El turismo navarro ha capeado el grueso de la temporada estival con desigual suerte en función del tipo de alojamiento y el entorno elegido. Así, el turismo rural y de acampada han registrado una ocupación casi completa, mientras que en el entorno de Pamplona los hoteles apenas han llegado al 45%.

La pandemia del COVID-19 y las recomendaciones de los distintos países desaconsejando viajar a España, han limitado la llegada de turistas extranjeros. Por lo que la actividad turística registrada se debe en buena medida al turista nacional.

El turismo rural es sin duda el mayor beneficiario de esta situación. Su oferta turística en contacto con el medio ambiente, en entornos tranquilos, sin aglomeraciones ha sido bien recibida. Durante el mes de agosto, la ocupación media ha sido del 92,2%, superior incluso que la registrada en julio, cuando la ocupación fue del 84%. Por zonas, Baztan, completo al 97%, ha sido el lugar más demandado, seguido por Roncal (95%). No obstante, en todas las zonas la ocupación ha estado por encima del 90% (Ribera, Aralar-Sakana y Irati 90% de ocupación), y además ha sido superior a la esperada, puesto que se había previsto que rondara el 85%.

Los distintos cámpings de la Comunidad foral también han cerrado un mes de agosto positivo, con una ocupación media del 80%.

Por el contrario, la oferta hotelera en torno a Pamplona y comarca no ha sido tan demandada, si bien ha superado los números registrados en julio. Frente a una ocupación entonces del 40%, en agosto ha alcanzado el 44,5%. No obstante, la cifra aún dista del 84% registrada en 2019.

En cifras similares se sitúa el alquiler vacacional, que en agosto ha registrado una ocupación del 50%, algo superior a julio, cuando se situó en el 44%.

Todos estos datos han sido recopilados por el Observatorio Turístico de Navarra gracias a la colaboración con las distintas asociaciones del sector (Asociación de Hosteleria y turismo de Navarra y Federación de Turismo Rural de Navarra), la plataforma Mabrian, que monitoriza las plazas de alquileres vacacionales, y con la información recogida desde las Oficinas de Turismo de Navarra sobre las consultas atendidas.

Un 55% más de consultas respecto a julio

Precisamente, las oficinas de turismo repartidas por la geografía navarra han registrado un incremento del 55% en el número de consultas atendidas, en comparación con las del mes de julio. En concreto, han gestionado 43.749 atenciones, frente a las 28.312 de un mes antes. La inmensa mayoría, de turistas nacionales (40.843 consultas).

En comparación con un año antes, la pandemia del COVID-19 ha supuesto una contracción del 52% en el número de turistas atendidos, porcentaje que asciende al 84% cuando se refiere únicamente a visitantes extranjeros. Si en agosto de 2019 se atendió 18.095 consultas de personas provenientes de otros países, este agosto han sido 2.906, el 83% de Francia.

Entre los turistas nacionales atendidos, el 24% han sido de Cataluña; el 18% del País Vasco, el 15% de Madrid y el 14% de la Comunidad Valencia. El turismo propio ha generado el 10% de las consultas. Con respecto al año pasado, la afluencia de turistas del País Vasco ha crecido un 21%, mientras que del resto de comunidades han registrado caídas entre el 36 y el 62%.

Las oficinas con mayor actividad han sido las de Ochagavía, Olite y Bértiz. Con respecto a julio, han incrementado en un 75% su actividad las oficinas de Bértiz, Olite, Sangüesa, Javier y Roncal.

Un septiembre y octubre incierto

Las previsiones realizadas por las principales asociaciones y entidades del sector para los meses de septiembre y octubre reflejan la incertidumbre de la población en torno a sus planes de ocio y turismo, condicionados por la evolución de la pandemia. En concreto, los hoteles de Pamplona y comarca prevén una ocupación de alrededor del 36% en ambos meses, que podrían aumentar hasta el 60% en la zona de Baztan y caer al 20% en la Ribera.

En lo que se refiere a alquileres vacacionales, la previsión ronda el 15% para octubre y apenas el 19% para septiembre.