arecía que este año ya habíamos visto todo lo que estaba por ver, pero parece que el 2020 todavía va a dar más sorpresas. Afortunadamente, no todo está relacionado con la pandemia y también hay historias diferentes y curiosas para contar. Por ejemplo, la llegada de varios flamencos a diversos lugares de la costa vasca.

El pasado lunes, 14 de septiembre, se avistó un primer ejemplar en el Parque Ecológico de Plaiaundi, en Irun. Al día siguiente se avistaron otros tres en el mismo lugar. "No sabemos si eran cuatro en total o si el primero podría estar ente los tres ejemplares. Como no están anillados, no lo podemos saber", explicaron ayer a este periódico fuentes del centro de interpretación Txingudi ekoetxea, situado a la entrada de Plaiaundi.

Según relataron, es una "observación muy curiosa", ya que ni en Txingudi ni en el resto del País Vasco casi nunca se han podido ver flamencos. Se trata de una especie que abunda en el Mediterráneo: hay varias colonias en el Delta del Ebro, Valencia y en Andalucía, por ejemplo. "También hay una colonia mucho más grande en La Camarga, en Francia. Pero no podemos saber de dónde han venido porque no están anillados. Lo único que sabemos con certeza es que en Txingudi hemos visto tres flamencos", contaron.

El mismo día aparecieron otros dos ejemplares en la biosfera de Urdaibai y todavía siguen allí. "Ahora están aquí, pero el sábado los vieron en la playa cuando llovió", explicaron fuentes de Urdaibai Bird Center. Aunque para ellos es todo "un misterio" porque no adivinan saber de dónde han podido llegar, piensan que todos los flamencos son diferentes. "No creemos que son los de Txingudi porque cuando los vemos aquí, allí también los están viendo. Por lo tanto, tienen que ser diferentes", explicaron.

Es la primera vez que aparecen flamencos en Urdaibai y ayer a la mañana también pudieron ver uno en Pobeña, en la muga de Bizkaia con Cantabria. "Nos ha llamado una persona para decirnos que ha visto un flamenco en Pobeña y no se creía lo que estaba viendo. Por lo tanto, parece ser que han entrado unos cuantos ejemplares", afirmaron desde Urdaibai Bird Center.

Volviendo a Gipuzkoa, Eneko Azkue, miembro de Arkamurka natur taldea de Zarautz, pudo fotografiar el sábado dos flamencos en la localidad costera. "Un amigo mío estaba surfeando en la playa cuando de pronto vio dos flamencos en la orilla. Salió del agua, cogió el móvil y me avisó enseguida. Entonces, cogí mi cámara y fui corriendo a la playa. Para entonces se habían ido volando al biótopo de Iñurritza y se quedaron en una pequeña playa comiendo sin que nadie les molestara", explicó Azkue.

El miembro de Arkamurka se acercó a Iñurritza y tuvo la oportunidad de fotografiar a los flamencos, pero se espantaron y volaron al campo de golf. "Vi que un golfista se acercó a ellos para sacarles una foto con el móvil y salieron volando otra vez. Fueron a la playa y se juntaron con unas gaviotas. Estuvieron alrededor de cinco minutos con ellas y cuando se acercaron un par de surfistas, se fueron volando hacia Orio", relató Azkue.

También es la primera vez que aparecen flamencos en Zarautz y según Azkue, en Gipuzkoa solo se vio uno hace 30 años, más o menos. Parece que este año han nacido muchos flamencos y como son muy jóvenes, se desorientan fácilmente. "Tienen poca experiencia y es fácil que se pierdan. Los mayores conseguirían seguir la ruta al migrar, pero los jóvenes se han separado en grupos pequeños y ahora los estamos viendo de dos en dos o solos", concretó.

Azkue también contó por qué han podido llegar hasta la CAV, y aunque la gente pueda pensar que es por el cambio climático, explicó que eso incumbe de manera "indirecta": "Las aves se mueven por la alimentación sobre todo. Por lo tanto, imaginemos que un pajarito come un insecto y ese insecto se come una planta mediterránea. Con el calor esa planta crece más al norte y puede que aparezca en Gipuzkoa. Entonces, el insecto le seguirá a la planta en esa expansión y lo mismo hará el pajarito". "Si las golondrinas van a África no es porque aquí hace frío, sino porque los mosquitos que comen se mueren o se esconden y no tienen qué comer", añadió.

La alimentación de los flamencos es escasa. Se alimentan de un pequeño crustáceo que no abunda por aquí. Por lo tanto, Azkue defiende que será difícil que los flamencos sean una especie común entre nosotros. "Puede que este año se hayan juntado varios factores: climatológicamente ha sido un año muy bueno, han tenido muchos alimentos y por el tema del COVID-19 también puede que hayan tenido menos molestias al migrar", concluyó el zarauztarra.