- A las 14.30 horas en Merindades es hora punta. Subida y bajada de usuarios en las villavesas, cambio de turno de conductores y mucho, mucho movimiento. No importa que amenace lluvia ni que la pandemia obligue a parar un poco: todo sigue, aunque con algo más de precaución... Por lo general. Ayer el trasiego fue constante y cumplir el aforo del 50% en las villavesas, prácticamente imposible. Ya lo advirtieron desde la Mancomunidad, que ha reforzado el servicio con 18 vehículos más (un año normal son 8), y tratará de incorporar dos nuevos en los próximos días, desviándolos de otras rutas. Ayer el apoyo se dejó notar: “Las villavesas pasan más seguidas, han puesto más y se nota”, reconocían Leire Ortiz, Elisa Urbiola y Nerea Augusto, estudiantes del Instituto Plaza de la Cruz.

Todos los días sobre la misma hora cogen la 4 en Merindades. “Y tanto la que va a Huarte como la de Villava van siempre llenas a estas horas. Aquí llegan con bastante gente y se terminan de llenar donde el Liceo y Sagrado Corazón”, decían mientras esperaban para montarse. “Ésta -explicaba Urbiola, señalando una que acababa de llegar- es de refuerzo, ha dado la vuelta aquí mismo”. Sus compañeras recordaban que “ayer bajamos con la villavesa prácticamente vacía, en comparación con otras veces que íbamos todos apretados, incluso nos pudimos sentar. Hoy también se nota”.

Aunque varios conductores coincidieron en que cumplir el aforo del 50% “no es posible porque no hay autobuses suficientes”, es cierto que ni todas las líneas se llenaron ni hubo aglomeraciones a todas horas. La 21 o la 7 fueron con sitio en el interior también en horas punta. En la línea 4 fue más complicado. “Suele ir bastante llena a estas horas, pero se nota que hay menos gente. Aún y todo va casi a tope, pero sin tantas aglomeraciones”, reconocía Silvia Comino, vecina de Barañáin y usuaria habitual de la línea a una hora tan crítica como las dos y media de la tarde. “La cojo todos los días para ir a trabajar, entro a las tres. Y cuando vas con mucha gente sí te sientes insegura, porque vas apretada, y no hay un metro y medio ni de broma. Cumplir el aforo es muy difícil porque coinciden los estudiantes que salen del colegio, los que van o vuelven de trabajar… Se junta muchísima gente y la cosa está muy mal, pero es porque no se hace caso: hay muchísimos que llevan la mascarilla mal puesta o ni la llevan”, denunciaba.

El presidente de la Mancomunidad, David Campión, ya indicó que de los 3.000 viajes que se hacen cada día, solo unos 80 superan el aforo del 50% sobre las 8 de la mañana y las dos de la tarde. “Habremos caído a los 90.000 viajeros aunque es pronto para saber datos, y hemos tenido los problemas de siempre en los momentos de siempre. Eso sí, parece que ha ido menos gente, posiblemente por la bajada de actividad teniendo en cuenta que la hostelería está cerrada”, señalaba ayer.