El Departamento de Salud seguirá recurriendo a las peonadas (complementos de productividad) para cubrir cargas de trabajo existentes debido a la falta de personal que tiene Osasunbidea. En una comparecencia en el Parlamento foral para analizar un informe de la Cámara de Comptos sobre retribuciones variables del Servicio Navarro de Salud, Santos Induráin explicó que el abono del concepto de productividad “ha ido incrementándose” en los últimos ejercicios como consecuencia de esa falta de profesionales, aunque aseguró que “la primera opción” que utiliza Osasunbidea para cubrir ausencias o nuevas necesidades es la contratación.

Sobre el empleo de esta variable adicional de sueldos, indicó que solo el supuesto de que “haya una falta de profesionales nos obliga a recurrir a la productividad y entonces es cuando se abona” y añadió que esta actividad “es voluntaria, por lo que estamos dependientes de la voluntad de los profesionales para realizarla”.

Prorrogable a largo plazo En esta línea, sobre las peonadas advirtió que la situación a medio y largo plazo “no tiene apariencia de mejora, por lo que esta herramienta de gestión se va a utilizar más en el futuro” ya que “no hay profesionales en muchas especialidades y sabemos que tenemos que gestionar una realidad importante y condicionante”.

A pesar de ello, Induráin recordó que hay dos oposiciones previstas para los próximos meses para el ámbito sanitario. Una de 306 plazas, con 283 puestos destinados a facultativos especialistas de distintas áreas, y otra de 199. Además de la necesidad de profesionales, la consejera de Salud subrayó la necesidad de reforma del marco normativo y de la gestión de recursos humanos. En esta línea, confesó que la reforma de la Ley Foral de Salud, no ha empezado a tramitarse por la pandemia, una situación que “ha evidenciado más aún su necesidad”.

En cuanto al sistema de control de la actividad realizada por los profesionales, la consejera reconoció que no existe un sistema establecido de control de presencia o la actividad que se realiza en turno rotatorio, y que esto “obliga a que se produzca un estricto cumplimiento del horario y de la jornada, puesto que de no hacerlo así, la actividad no se puede realizar”. Induráin indicó además, que está situación se repite en los servicios en los que está implantada la guardia de presencia física, puesto que su necesidad obliga a la incorporación de los profesionales a sus puestos en tiempo y forma.

Sobre la situación de la carga de trabajo de la Atención Primaria en la época previa a la pandemia, expresó que la agenda de los pacientes y la actividad de visita domiciliaria (variables analizadas por el informe), “explica suficientemente que la actividad asistencial obliga en muchos casos a extender la jornada laboral más allá de los límites establecidos”.

Sobre las cuestiones relativas a los cambios que se producen en las guardias y los tiempos de descanso, reconoció que son materias en las que Osasunbidea “insiste continuamente”, siendo la respuesta de los centros la dificultad existente para poder anticipar situaciones de urgencia, tanto en el ámbito clínico como en el de la conciliación de la vida personal y laboral, circunstancia que motiva los continuos cambios.