"Mi familia proviene de Galicia, por eso elegí venir a este país a vivir esta experiencia". Son palabras de Florencia Belhot Mouriño, de 20 años, procedente de Montevideo, Uruguay, y que cursa en la UPNA su último semestre del grado Administración y Dirección de Empresas . "Después de mirar las distintas opciones posibles, averigüé que en Pamplona las clases eran presenciales y me encantó la idea", señaló la joven. "Iba a poder ir a la universidad, algo que en Uruguay era inviable", asegura con emoción. La elección de Pamplona "no fue tanto por la ciudad, sino por las asignaturas que ofrecía la UPNA".

Esta joven llegó a la capital navarra el 14 de enero. Cursa su último semestre de la carrera y la covid no fue impedimento para lanzarse a la aventura. "Era ahora o nunca. No me quería quedar sin la experiencia", afirma Belhot. En la Universidad ORT Uruguay las clases siguen siendo on line, algo que a la estudiante le parece "horrible". "Imagino que era por precaución, pero a nivel educativo dejaba mucho que desear. Unos meses antes de venir acá, vi que la situación de la covid había empeorado en Navarra y pensé que igual no era la mejor decisión", reconoce. Aún así se animo.

La mayor diferencia que notó al llegar es que las restricciones son más duras. "Allá no es obligatoria la mascarilla y los bares cierran a las doce de la noche", explica Belhot, que tuvo que hacerse una PCR para viajar y presentar una carta de la universidad.

En lo referente a esta experiencia, esta joven no se arrepiente de haber venido. "La ciudad me encanta y es mi primera experiencia de independencia", afirma Belhot, que no observa mucha diferencia entre el modelo educativo de la UPNA y el de su universidad. A la hora de integrarse en plena pandemia con el alumnado "fue más complicado", ya que nadie quería ponerse en los grupos de trabajo con los alumnos de intercambio"

Con la excepción de esos momentos más fríos del inicio de la experiencia, la Asociación de Erasmus de Pamplona le sirvió para conocer a más estudiantes foráneos y la ciudad. "El primer día fueron actividades de integración. Nos llevaron a caminar y pasar un rato en la bolera. Está genial porque te ayuda a conocer a mucha gente".