- Vicky es la única de los cuatro protagonistas de este reportaje que ha pasado la totalidad de la pandemia en la Meca. De sus 80 años, los tres últimos ha vivido en este centro, donde está “encantada”. Lo peor de la primera ola, de la que salió indemne, fue el “aburrimiento” tras el traslado a los apartamentos San Fermín, lugar improvisado donde estuvieron viviendo tres meses.

“No te dejaban salir de la habitación, salvo 45 minutos a la mañana y otros 45 a la tarde”, expone, “pero luego funcionaba la picaresca de cada uno”, desvela entre risas. “Así como tengo la vista que no vale para nada, el oído me funciona, y el ascensor lo oía bien. Yo salía de la habitación por el pasillo a andar, pero cuando oía a alguien corría otra vez dentro”, confiesa simpática.

Ahora, ya con la mayor parte de restricciones interiores levantadas, pudo por fin pasear, especialmente “por la Ciudadela, que para mí es un paraíso”. Sin embargo, todavía le queda tiempo para volver “donde más echaba en falta”. “Soy socia de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y ya han celebrado conciertos, pero no he ido todavía a ninguno porque tengo muy poca vista y al volver de noche lo paso muy mal. Pero igual cuando cambie la hora de verano y considere que voy a ir tranquila, iré”, expresa.