Los más de 365 días de medidas para tratar de paliar el avance de la covid-19 generan un cansancio en la población que hace perder la tensión del cumplimiento de la norma. Ésta es la deducción que se podría tomar a tenor del aspecto que ofrecía ayer Milagro en el primero de los 15 días, revisables, en los que la localidad ribera tendrá restringido su acceso y salida. El grupo de jóvenes sentados en un bar, algunos con mascarilla y otros sin ella, sin mantener la distancia de seguridad cuando el municipio ha pasado de 2 casos a casi 100 en apenas 15 días es la muestra más evidente.

Más allá de este detalle, el escaso movimiento en calles y comercios, aunque no están cerrados, daba muestra de la situación que vive Milagro.

los accesos, controlados

El primer día de cierre perimetral en la localidad ribera de Milagro, iniciado a las 00.00 horas del jueves transcurrió sin incidencias. Los accesos a la localidad por Milagro Este y Milagro Oeste (Puente sobre el Río Aragón y rotonda de Frinavarra) estaban controlados permanentemente por Policía Foral y Guardia Civil, sin apenas retenciones en el tráfico que fue fluido, a excepción de las horas clave de entrada y salida del personal de las diversas fábricas de la localidad, que cuentan con numerosas personas trabajadoras residentes fuera de la misma.

Por otra parte, los accesos y salidas a Milagro desde la variante por Milagro Centro, así como los caminos de Funes y Rincón de Soto, fueron cortados y no se podía acceder a ellos. Para entrar o salir de la población, los agentes pidieron certificados de trabajo y lugar de residencia que acreditaran la necesidad del movimiento entre las localidades o cualquier otro motivo que esté justificado.

Pese a todo el dispositivo, las noticias y la repercusión del cierre, siempre hay a quien no le llegan las noticias. A primera hora de la mañana varias personas mayores, que no se habían enterado de la medida y que iban a salir de Milagro, se vieron muy sorprendidas cuando los agentes les preguntaron a dónde iban, obteniendo respuestas como “a quitar hierba al campo” o de otro agricultor que trasladaba personal a trabajar al campo en varios viajes y que explicaba a los agentes “que soy el mismo de antes”.

Para acceder a los campos, siempre que atraviesen las zonas de cierre, se les pedía un certificado de la ubicación de su parcela, así como de su propiedad, lo que supuso un incremento considerable de trabajo al personal del Ayuntamiento y de las empresas que tuvieron que extender numerosos certificados a sus trabajadores.

A día de ayer ya se contabilizan en la localidad 86 casos positivos (el 10 de marzo había 2 casos) que hacen un 2,6% del total y de 2.493 por cada 100.000 habitantes. Cifras preocupantes, con algún ingreso en UCI y otros hospitalizados.

Además del cierre perimetral, las autoridades locales están extremando todas las medidas de prevención e insistiendo a la población en el cumplimiento de las medidas preventivas para tratar de contener la covid-19, reconociendo el posible cansancio de las personas al llevar un año de pandemia y que ha incidido en la relajación en las reuniones familiares, motivo de los brotes de Milagro.