La hostelería navarra, que ha tenido que cerrar los interiores de los establecimientos desde el pasado 1 de abril, volverá a abrir sus puertas este lunes 17 de mayo, una medida controvertida que genera diversas interpretaciones sobre su posible incidencia en la evolución de la pandemia.

El Gobierno de Navarra ha aprobado una hoja de ruta de flexibilización de actividades y servicios que se aplicará en mayo y junio y que contempla una apertura gradual y ordenada de interiores en hostelería a partir del 17 de mayo.

Así, los locales con medidores de CO2 podrán abrir el interior sin límite de aforo y, los que no dispongan de los mismos, podrán hacerlo al 30 %.

Medidor de CO2 en un bar en Pamplona. Foto: Efe

SEIS MESES DE APERTURAS Y CIERRES

El primer cierre total de la hostelería en Navarra se produjo el 22 de octubre de 2020. Se adelantó también a las 21,00 horas el cierre de comercios y espacios de servicios y de ocio.

Según el Informe de Vigilancia Epidemiológica de la semana del 26 de octubre al 1 de noviembre, en ese periodo se detectaron en Navarra 3.972 casos (una tasa de 602 positivos por 100.000 habitantes). En las siguientes semanas la tendencia fue descendente y se pasó a tasas de 360 por 100.000, 225, 225, 146, 126, 92, 95 y 94.

Esas cifras llevaron al Gobierno de Navarra a flexibilizar las medidas a partir del 17 de diciembre. Se permitió el consumo en el interior de los establecimientos de hostelería con un aforo máximo del 30 % y el horario de cierre se amplió hasta las 22:00 horas. La tasa de contagios por 100.000 habitantes en las semanas siguientes fue en aumento: 92, 123, 169, 218 y 253.

El 23 de enero entraron en vigor nuevas restricciones. Así, quedó cerrado el interior de la hostelería, que pudo trabajar con las terrazas en la totalidad de su aforo pero cerrando a las 21,00 horas. La tasa semanal de contagios por 100.000 habitantes volvió a bajar a 233, 182, 96, 68 y 61.

Otra apertura de interiores, al 30 % de aforo, entró en vigor el 26 de febrero de 2021 y de nuevo la tasa por 100.000 habitantes volvió a subir en las semanas siguientes: 65, 62, 95, 170 y 185.

El último cierre de interiores, que se ha mantenido hasta la actualidad, se decretó el 1 de abril. Desde esa fecha, las terrazas han permanecido abiertas al 100 % de aforo hasta las 21,00 horas. La tasa semanal por 100.000 habitantes ha sido de 241, 189, 181 y 153 casos, según los últimos informes disponibles.

OPINIONES DISCREPANTES

El portavoz del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, ha manifestado públicamente que, tras el cierre de la hostelería de octubre, la tasa acumulada "se redujo drásticamente" y, tras la apertura en diciembre,"se incrementó el índice de contagio".

Esta situación, ha recordado, se ha producido con los posteriores cierres y aperturas del interior de los establecimientos. "Los datos son claros y manifiestos, y no sólo lo decimos nosotros, también lo dicen muchos profesionales y expertos y lo dicen los jueces, que nos han avalado los cierres", ha subrayado.

Juan Carlos Oroz , portavoz de la asociación hostelera ANAPEH, ha declarado a Efe que el Gobierno de Navarra decreta el cierre del interior de los establecimientos cuando la curva de contagios "está disparada, pero no porque nosotros o los comercios seamos los causantes, ni muchísimo menos".

Cuando se cierra la hostelería, ha dicho, "parece que a partir de ahí empieza a bajar (la curva) por las medidas que han tomado, pero, si lo comparamos con otras comunidades, vemos que las olas llegan y pasan igual, independientemente de las medidas que toman con la hostelería y con el comercio".

"De esto estamos aprendiendo todos los días todos, incluidos los expertos", ha afirmado Oroz, quien ha subrayado que relacionar la evolución de la pandemia con la apertura o cierre de interiores de hostelería "nos parece poco ético y poco profesional".

Apertura de un bar con reducción de aforo. Foto: Patxi Cascante

LA VOZ DE LA CIENCIA

Pero interpretar los datos nunca es sencillo. José Luis del Pozo, director del Servicio de Enfermedades Infecciosas y del Servicio de Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra, ha puesto de relieve que, además de que entre establecimientos de hostelería se dan situaciones muy dispares, tampoco el cierre de interiores es la única medida que se está aplicando.

Así, "en ningún caso podemos sacar conclusiones de si esas medidas, por separado, influyen positiva o negativamente en la transmisión del virus".

Del Pozo ha señalado que, cuando se ha cerrado o se ha abierto la hostelería en Navarra, se han activado o desactivado un conjunto de medidas y por tanto es complicado analizar la efectividad de las actuaciones de ese "ramillete de medidas" por separado.

José Luis del Pozo. Foto: Efe

"Obviamente", ha dicho, si se abre el interior de la hostelería hay "claramente" una mayor interacción social, pero no se puede concluir si la misma es mayor o menor que la que se produce por ejemplo en un colegio, en el transporte público o en otro entorno cerrado no controlado.

"No se pueden sacar conclusiones muy alegremente o muy rápidamente en base a números, porque podemos equivocarnos", ha resaltado Del Pozo, quien ha comentado que, para saberlo, "sería necesario hacer un ensayo randomizado en dos entornos similares, en uno tomando una medida y en el otro no, para establecer cuál es el impacto".

Espacios cerrados de ese tipo, como bares y restaurantes o los gimnasios, son en principio espacios donde puede ser más fácil contagiarse, pero relacionar directamente la hostelería con el aumento de contagios "es algo muy complicado de decir", ha aseverado.