Una comunidad de propietarios de la Comarca de Pamplona comienza a denunciar en pleno confinamiento los daños que un vecino de avanzada edad causa en las zonas comunes. El señor se encontraba en aparente normalidad antes de que todo el mundo se quedara sin salir de casa. Pero al hablar el mediador con él, detecta que puede haber un problema de salud mental incipiente. El aislamiento le empieza a desestabilizar. Es viudo y por el obligado cerrojazo general no tiene referencias de los familiares que acuden a verle de costumbre. El hombre se cierra en banda a facilitar el contacto de sus hijos al mediador. Y la comunidad de vecinos se implica para tratar de conseguir el contacto de alguien cercano. El denunciante habla con el resto de sus vecinos y, al final, uno de ellos logra encontrarlo. Se confirman los principios de desestabilización en el anciano y la aparición del hijo permite que la conflictivad que había manifestado este vecino descienda a cero. Ahora vivien juntos. Pero sin la colaboración del vecindario esta persona hubiera acabado muy mal con la covid.