- El problema de la salud emocional en la juventud tras la pandemia continúa dejando cifras y conclusiones preocupantes. La Red de Salud Mental de Navarra ha notado "un claro aumento" del número de pacientes respecto a años anteriores, y en los nueve primeros meses de 2021 ha atendido por primera vez a 3.279 personas. Sin embargo, no todas ellas han continuado el procedimiento, y un 24% fue dado de alta tras una primera consulta. Mientras, el restante 76% necesitó tratamiento específico por parte de un especialista.

Estos números engrosan la lista de atenciones de este área, que también ha registrado un aumento global. En el presente año, el total de pacientes ha crecido en algo más de 1.000 personas en comparación con en el mismo periodo de 2019: 7.791 frente a 6.745.

Así lo desgranó ayer el gerente de Salud Mental, Iñaki Arrizabalaga, en una comisión parlamentaria en la que también expuso que se ha detectado un aumento de las atenciones en la franja de 15 a 19 años, edades en las que se encuentran el 26% de los jóvenes analizados. También se ha alertado de un incremento de los casos en las mujeres en general, que en dos años han pasado de una prevalencia de 33,4 por cada mil habitantes en 2019 a 38,3 por mil habitantes en el presente curso. Esto ha llevado a que se equiparen sus cifras con las de los hombres, y mientras en 2019 éstos superaban en 13 puntos porcentuales el total de las atenciones, ahora la diferencia se ha reducido a apenas un 5%. En concreto, los pacientes en 2019 eran un 56,8% hombres y un 43,2%, mujeres. Ahora los porcentajes son de un 52,6% y un 47,4%.

"La Covid-19 ha supuesto una crisis de salud pública, con un importante impacto en el sistema sanitario y en el subsistema de salud mental", manifestó Arrizabalaga, que comentó que entre los profesionales "hay una percepción de que se está patologizando el malestar emocional" y de la existencia de "contextos familiares carenciales" como "menores que están mucho tiempo solos, falta de límites y dificultades a la hora de acompañar en situaciones emocionales complejas". A esto se le ha unido la pandemia, que "ha generado un incremento del estrés como consecuencia del aumento del tiempo en casa, la disminución de los recursos comunitario de ocio, extraescolares, actividades deportivas, reducción de espacios asociativos, etc.". Los cambios de la sociedad también han modificado la "manifestación sintomática del malestar emocional", por lo que cobra más importancia la detección y atención precoz, "adaptadas a las nuevas realidades desde un enfoque interdepartamental y en red".

Por su parte, la consejera de Salud, Santos Induráin, añadió que "el diagnóstico es muy claro: la Covid-19 ha roto también aquí muchas costuras y ha agravado situaciones que podían ser latentes y que en este momento son evidentes".

48,4%

Casi la mitad de los encuestados considera que su salud emocional es "muy buena" o "excelente".

42,4%

Junto con la anterior cifra, más de 9 de cada 10 jóvenes aprueban el estado de su salud emocional.

83%

Cerca de uno de cada diez jóvenes suspende su estado de salud emocional, que cree que ha empeorado en 2020.

54,4%

Una de las cifras más llamativas. La mitad de los jóvenes considera que la pandemia ha empeorado su salud emocional.

83%

A pesar de tener problemas de salud emocional, la gran mayoría de los jóvenes ha mostrado confianza en sí mismos para afrontar problemas.

25%

Una de cada cuatro personas ha sufrido "de forma frecuente" niveles de tensión, estrés o agobio en esta temporada.

11,8%

La sensación de irritabilidad, que desemboca en diversos conflictos, especialmente familiares, la han sentido un 11,8% de los jóvenes.

13,6%

La pérdida de sueño ha sido una de los principales síntomas. Sus preocupaciones son económicas, laborales o sociales.

9,7%

La sensación de desesperanza, decaimiento o depresión ha estado presente en casi uno de cada diez jóvenes navarros.

0,2%

2 de cada 1.000 encuestados ha presentado pensamientos de que estaría mejor muerto o ha tenido voluntad de hacerse daño.