El segundo día de la yincana que la asociación Saray ha preparado este año para sustituir la habitual carrera, a pesar de comenzar lluvioso y con mal tiempo, reunió de nuevo a una multitud vestida de rosa que pintó las calles de Pamplona del color de la lucha contra el cáncer de mama otro año más.

La actividad, propuesta como alternativa para respetar las medidas sanitarias de la covid-19, planteaba un formato diferente con el objetivo de evitar aglomeraciones de gente (los años anteriores se reunieron hasta 15.000 personas). De esta forma, se dejó de lado la acostumbrada carrera y se colocaron 25 lazos rosas que correspondían a los 25 años que ha cumplido la asociación, formando un recorrido a modo de yincana. Esta no tenía una salida multitudinaria y cada grupo podía completarla por separado evitando las masificaciones de gente.

Sin embargo, a pesar de la pandemia y del mal tiempo, la asistencia al acto fue muy numerosa y la propuesta nueva fue bien acogida; la gente respondió muy bien y con muchas ganas, participando en familia o entre amigos y recorriendo el itinerario marcado por los lazos.

Entre el sábado y el domingo, los dos días que duró la yincana, se vendieron cerca de 6.500 dorsales (por el precio de 5 euros) de los 7.500 que tenían, y las recaudaciones fueron, como cada año, muy satisfactorias. Los fondos recaudados por la asociación se destinan siempre a la investigación, que definen como “el futuro” de los pacientes con cáncer, el camino a seguir para luchar y combatir la enfermedad. Los dos proyectos de investigación que apoya Saray son, ambos de Navarrabiomed, para la metástasis en cáncer cerebral y para biopsia líquida. A pesar de no ser igual que otros años, ya que el número de dorsales a la venta es menor que en anteriores ediciones, en general el resultado fue satisfactorio. “La gente ha respondido bien. No pensábamos que en un día como hoy iba a haber tanta gente con la camiseta rosa”, expresó Yaki Hernández, una de las psicólogas del servicio de atención psicológica que ofrece Saray. “El balance general es positivo”, afirmó.

La yincana, además, tenía premio; la asociación organizó un concurso de fotografías que premiará, a lo largo de esta semana próxima, a las tres mejores fotos sacadas por los participantes. De esta forma, se instó a los asistentes a sacarse una foto con uno de los lazos del recorrido y subirla a las redes para entrar en el sorteo.

Aparte de la venta de dorsales y camisetas, también se colocó en la Plaza del Castillo un puesto para vender productos solidarios, la mayoría de ellos fabricados a mano por las propias integrantes de la asociación durante el año, con el objetivo de venderlos en este día y aportar a las recaudaciones. “Las ventas van espectaculares, sin parar, estamos muy contentas”, destacó Amelia Pérez, una de las mujeres que se encargaron del puesto. El deseo de la gente de ayudar y apoyar a la causa era obvio, pues el puesto de ventas estuvo casi en todo momento repleto y no faltaron compradores de paraguas, mochilas y broches hechos a mano. También explicó que debido al mal día pensaban que no iba a haber tanta gente, pero a ella personalmente “le sorprendió” la gran afluencia de personas.

Sin embargo, también hubo un aspecto negativo en el día de ayer; el vandalismo que sufrieron los lazos durante la noche del sábado De los 25 lazos repartidos por el centro para marcar el recorrido de la yincana, el domingo por la mañana faltaban tres de ellas, y alguna otra apareció rota. “Nos ha dado un poco de pena que no se mantengan todos los lazos para hoy, sobre todo porque no puedes estar reponiéndolos”, lamentó Yaki Hernández.