l suicidio de un ser querido es un dolor indescriptible. Hasta el punto de que deja en las personas una sensación similar, o peor, como dijo ayer durante el acto de Besarkada el psiquiatra Javier Royo, al de los supervivientes de un campo de concentración o de un conflicto bélico. En el caso de Javier, amigo de Mario, un chico de Cascante que se suicidó en agosto del año pasado a la edad de 19 años, todo ese dolor y todas esas sensaciones acabaron plasmadas en una canción.

Ayer, tanto Javier como sus amigos Julia e Iván -junto a Jezabel Sierra, psicóloga de la asociación que les ayudó tras el suceso- mostraron una espectacular fortaleza para, delante de un abarrotado salón de actos del Civivox de Iturrama, salir y contar delante de todos -entre los que se encontraban la familia de Mario, además de amigos, familiares, políticos o gente que se acercó al acto de la asociación- cómo fueron esos momentos tras la muerte de su amigo y los que vinieron.

"Fue una bomba, un colofón de cosas, de dolor, de rabia, de no querer creértelo, de querer meter la cabeza bajo tierra y no salir. No sé, lo primero fue desconocimiento. No tener ni idea de lo que pasaba, de por qué pasaba ni de cómo", explicó Javier, sobre el momento en el que se enteró de la noticia.

"Al principio no me lo creía, me quedé en blanco. Fui a amigos de fuera de la cuadrilla y se lo contaba, porque creía que era la única manera de creérmelo. Estando con mis amigos en Cascante ya vi que era verdad y con el tiempo y el apoyo de mis amigos fui asimilándolo. Al principio es algo que ni te lo crees ni te lo quieres llegar a creer nunca", reconoció Julia.

"Para que te hagas -explicaba Iván a Jezabel- una idea de lo que sentí, yo nunca he gritado a mi madre y ese día tuvo que tener miedo. Había estado con Mario la noche de antes, me había dado un abrazo, que yo estaba con el covid que no me quitaba la mascarilla ni para ir al baño, pero esa noche le di un abrazo. Esa mañana, cuando me lo dijeron, grité, pataleé, exploté. Fue una bomba, se había ido mi mejor amigo y no sabía ni donde estaba", apuntó Iván.

Tras el shock, varios amigos y amigas de la cuadrilla decidieron pedir ayuda a Besarkada: "Hubo una primera iniciativa más individual, que cada uno nos ocupáramos de lo nuestro, pero Jorge, el primo de Mario, fue el que nos planteó la posibilidad de que pudiera venir alguien de Besarkada, que nos diera un apoyo más de grupo a los que quisiéramos. Recuerdo ese día como el día que me quité todo de encima", dijo Javier, que explicó que hubo otro aspecto que le ayudó a soltar todo lo que tenía dentro: el rap.

"Siempre he tenido la costumbre de escribir lo que siento, en cualquier forma. Con el suicidio de Mario estaba desbordado, no sabía por donde coger mis sentimientos y tenía una rabia espectacular. Al final lo escribí, lo dispuse en una canción que se llama Nubes de Truenos y que expresa todo lo que pasé", explicó Javier.