Con la creación de la oficina de coordinación autonómica de trasplantes, ¿qué mejoras en el servicio se van a poder realizar?

-Nuestro objetivo fundamental es el de seguir consiguiendo estos resultados que hemos conseguido hasta ahora, es decir, aumentar los donantes que hay en Navarra. Esta oficina es un poco para centralizar, cohesionar lo que es el profesional sanitario con el ciudadano, con los gestores, ser un poco el centro, el núcleo de donde puedan salir todas las ideas, todos los proyectos, vigilar que se hagan bien las cosas, supervisar y coordinar toda la actividad de donación y trasplante de Navarra. Esa es una función del coordinador autonómico, la hacía yo sin estar dotado de una estructura y de personal, y lo que queremos es dotarlo para seguir trabajando en mejorar los resultados.

¿De qué manera afectan las sucesivas olas de la covid a la actividad de la donación de órganos en Navarra?

-Eso tensiona el sistema porque claro los recursos son los que son y a veces hemos tenido que priorizar exclusivamente los donantes óptimos, los donantes jóvenes, donantes que va a haber un aprovechamiento de sus órganos bueno. Pacientes subóptimos, pacientes añosos, pacientes que es difícil que salgan adelante para que sean donantes esos a lo mejor los hemos tenido que abandonar -para la donación- porque no teníamos recursos, no teníamos camas disponibles de UCI o no teníamos personal para atenderlos.

La mitad ya de los donantes son de donación en asistolia, el mejor dato hasta ahora. ¿Cómo lo valora?

-Es un programa que ha demostrado que es un programa sólido, que es un programa con capacidad de crecimiento y que gracias a él conseguimos sacar órganos para los pacientes, porque sino ya habíamos tocado techo con el programa de muerte encefálica, no sólo a nivel de Navarra sino a nivel nacional, y teníamos que reinventarnos, teníamos que seguir obteniendo donantes. Salió el programa de donación en asistolia. Los principios fueron duros, fueron difíciles, pero al final es un programa que incluso aquí en Navarra ya ha superado al programa de muerte encefálica y no solo eso, sino que también estamos obteniendo órganos que hace unos años no pensábamos que podíamos obtener de este programa. Empezamos con riñones, seguimos con hígado, con pulmones y aquí en Navarra aún no, pero en un futuro próximo espero que sí, también se están obteniendo corazones de pacientes que mueren por parada cardíaca gracias a la tecnología, una tecnología muy avanzada, pero que nos permite hacer estas cosas.

Se ha creado una coordinadora para el trasplante pediátrico.

-Es una figura no oficial. Dentro de los objetivos de la Organización Nacional de Trasplante, también de la coordinación autonómica, era potenciar la donación de pediatría. Hay niños que se mueren en lista de espera y es muy difícil conseguir órganos para estos niños. Entonces, enfoqué todos mis esfuerzos en la UCI pediátrica del Hospital Universitario de Navarra y bueno, lo que hice fue sesiones formativas, introducirme con ellos y buscar una persona de referencia dentro de la UCI que me echara una mano y que fuera el enlace. Entonces, he creado esa figura, que es la de coordinación de trasplantes pediátrico, que sirva como puede ser el coordinador hospitalario pero de la edad pediátrica. Eso está dando sus frutos y el año pasado ya tuvimos seis valoraciones de las cuales obtuvimos cuatro donantes pediátricos, cuando era anecdótico en años anteriores tener uno. Tenemos que seguir trabajando pero ya hay un campo muy importante y creo que con vistas a un futuro podamos tener bastantes donantes también.

¿De los 41 donantes, cuatro eran pediátricos?

-Tres, porque uno es de tejidos.