Hace dos años que Huichi Yu no viaja a su ciudad natal, Kaohsiung, a causa de la covid-19. En el año 2000, tras estudiar Filología Inglesa, esta taiwanesa de 41 años completó sus estudios cursando algunas asignaturas de la carrera de Psicopedagogía en el área de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra. A esto le siguió un máster en Traducción e Interpretación Chino-Español en la Universidad Autónoma de Barcelona. En 2008 regresó a Pamplona, donde se estableció como responsable del Aula Confucio de la Universidad Pública de Navarra y de la Academia Nihao Navarra, siendo ambos centros de enseñanza de chino. Es también secretaria de la Asociación de Chinos de Navarra.

La presidenta de esta organización es Aiwei Huang, de 39 años. En 1996 se trasladó de la provincia de Zhejiang (lugar de procedencia de la mayoría de los alrededor de 2000 chinos asentados en la Comunidad Foral) a Navarra, donde regenta el bar La Taberna del Cuto, además de la inmobiliaria Nan Bei & Pou Ambos establecimientos se encuentran situados en la calle Monasterio de Urdax, Pamplona.

"Antes volvía de visita a Taiwán cada año; ahora hay mucha incertidumbre por la posibilidad de que el vuelo se cancele", menciona Yu. La docente y traductora dice asimismo que "las autoridades exigen muchos controles, como PCR y cuarentenas que pueden llegar a durar hasta 21 días", y además, "solo se puede estar ahí por un tiempo muy corto".

Por añadidura, en palabras de Huang, "el Gobierno chino trata de evitar los contactos con personas del exterior, a fin de impedir la entrada de posibles nuevas variantes del virus en el país y que sus habitantes se contagien con ellos". En consecuencia, explica Yu, "pocos chinos han vuelto a su lugar de origen desde el inicio de la pandemia, y aún son menos los que han abandonado Navarra definitivamente". Huang afirma que quienes se han ido lo han hecho "por miedo a lo que pudiera ocurrir".

DIFICULTADES ECONÓMICAS

Yu explica que la diáspora china en la Comunidad Foral "trabaja mayormente en hostelería", y sus negocios, como todos los demás de este sector, "han estado mucho tiempo cerrados o sometidos a limitaciones de aforo y horario", por lo que "volver a levantarlos es duro y la posibilidad de hacerlo depende de cómo evolucione la pandemia".

Aiwei Huang asegura que la actual situación de los comercios "no es mucho mejor que la del año pasado", pero asegura que de todas maneras "hay que mantenerse animado" y afirma que "de todas maneras, la salud es lo primero". Ella espera que de cara a la primavera y al verano el escenario mejore; por un lado, porque supone que "debido a los contagios la creación de anticuerpos se habrá generalizado entre la población"; y, por otro, "porque el coronavirus se difunde menos con el calor del verano que con el frío invernal".

INTERÉS CULTURAL

Huang explica que, antes del estallido de la pandemia, "era habitual que extranjeros viajaran a China por motivos económicos y empresariales". Este mercado asiático, cada vez más grande y relevante, ha despertado "el interés por la cultura y el idioma chinos".

Huichi Yu afirma que "cada vez más padres animan a sus hijos a formarse en distintos idiomas". Como profesora puede constatar que sus alumnos "abarcan desde niños pequeños hasta estudiantes universitarios", y en el caso del Aula Confucio "los asistentes son en su mayoría adultos". Sus sesiones están pensadas para españoles como e hijos de chinos nacidos fuera del país. Si bien hace falta mencionar que "debido a la pandemia hay menos matriculados y es más difícil que la gente se apunte a las clases".

Por otra parte, el 1 de febrero se celebra el Año Nuevo según el calendario chino, cuyo horóscopo hace coincidir esta vez con el Año del Tigre de Agua. Este animal simboliza fuerza, valentía y fin de los males; mientras que el elemento agua representa creatividad, transparencia y amor a la verdad.

Para la víspera, el 31 de enero, la Asociación de Chinos de Navarra está organizando unas celebraciones, después de que el año pasado la coyuntura sanitaria lo impidiera. La programación incluye danzas, desfiles, exhibiciones de Kung Fu y Tai Chi y actuaciones musicales. De acuerdo con Aiwei Huang, uno de los objetivos del evento es "a yudar a que los inmigrantes chinos de segunda generación mantengan el vínculo con su cultura originaria".