- Los enfermos renales han sido uno de los grupos de personas más castigados por la covid-19. A su mayor exposición por la necesidad de acudir a centros hospitalarios para atender su patología se le ha unido una mayor vulnerabilidad, especialmente en los pacientes graves -trasplantados o con diálisis-, lo que ha hecho que su tasa de contagio y de mortalidad "doblen la tasa general", según mostró Iosu Martín, presidente de Alcer (Asociación para la lucha contra las enfermedades renales de Navarra), en el homenaje que la entidad dedicó ayer a los enfermos fallecidos durante la pandemia con motivo del Día del Riñón.

A pesar de la importante magnitud de las cifras por sí solas, éstas van más allá discriminando los contagios y atendiendo únicamente a los fallecimientos. En el grueso del Estado, entre los 65.000 pacientes en diálisis o trasplantados de riñón ha habido 6.000 contagiados, de los que 1.600 fenecieron, lo que supone que un 26,67% de riesgo de fallecer por el virus. Comparando estos datos con los de Navarra, donde se han acumulado 1.395 muertes por covid entre 194.726 infecciones, se trata de un riesgo 37 veces mayor.

"La pandemia nos ha afectado porque somos un colectivo muy vulnerable e inmunodeprimido", reconoció Martín, que añadió que otro de los factores es que los pacientes que necesitan diálisis hospitalaria "acuden al hospital 3 días a la semana durante 5 horas cada día", un tiempo prolongado que también comparten con mucha gente. "Si eres de un pueblo te viene a buscar la ambulancia y pasas a por otra gente", explica.

En Navarra se calcula que hay unas 65.000 personas con enfermedad renal "en un grado o en otro", aunque un amplio número está sin diagnosticar. "La mayoría tiene la enfermedad muy poco avanzada, por eso le llamamos la enfermedad silenciosa. No te da síntomas hasta que es tarde, y cuando empiezas a desarrollar síntomas es que el riñón ha dicho basta", desarrolló Martín.

Debido a ello, existe una importante tasa de infradiagnóstico, por lo que desde Alcer reivindicaron ayer "la importancia de cuidarse. "Hay que alimentarse, bien, hacer ejercicio y tener una buena calidad de vida", resaltan, subrayando que los hábitos de vida saludables son todavía más importantes en los pacientes con diabetes y enfermedad cardiovascular -responsables de la mitad de los casos- y en caso de obesidad, hipertensión arterial o tabaquismo, factores que hana aportado que que el número de casos haya crecido un 30% en la última década.

"Hay que vigilarse en general, pero la gente que tenga estas patologías que pueden derivar en enfermedad renal es conveniente que tengan un poco más de prevención", finalizó Martín.

Enfermedad silenciosa. A la enfermedad renal se le considera "silenciosa" ya que no presenta síntomas "hasta que ya es tarde". Por ello, es muy importante la prevención.

Detección sencilla. La detección de esta patología puede ser sencilla mediante una analítica, ya que indicadores como la creatinina pueden revelar la enfermedad.

Síntomas diversos. Una dolencia en el riñón puede proceder de multitud de factores, como quistes o una infección. Por ello, los síntomas son diversos, aunque el más frecuente es un importante malestar proveniente de la alteración en el filtrado de la sangre.

El presidente de Alcer Navarra explica que la mayor tasa de contagio y de mortalidad entre los pacientes renales se debe a factores como una salud "más delicada" y una mayor exposición al necesitar de atención hospitalaria más frecuentemente.

Asier, miembro de la junta directiva de Alcer Navarra, recibió el pasado miércoles un riñón donado por su madre en vida. "Es algo que se conoce poco, pero es muy interesante", resalta Martín sobre este tipo de trasplantes.

10%

Se estima que uno de cada diez navarros tienen una enfermedad renal en algún grado, aunque hay un buen número de personas a las que todavía no se les ha diagnosticado al aparecer los síntomas tarde.