El embajador de Japón en España, Kenji Hiramatsu, entregó ayer una distinción a la docente Carmen Aldama por su tarea educativa realizada en la difusión del Kamishibai (teatro de papel japonés). La presentadora del acto, Adela Fernández, explicó la trayectoria de Aldama: “Nacida en La Rioja y afincada en Pamplona desde 1977, tomó contacto por primera vez con esta modalidad narrativa en 2002, a través de una actuación interpretada en el Colegio Público San Juan de la Cadena de Pamplona”.

Desde entonces, “se ha dedicado a la difusión de la cultura japonesa a través del Kamishibai” y “su principal aportación ha sido su proyecto didáctico Taller de Kamishibai”, así como “la publicación de los primeros Kamishibai en España”. Asimismo, “recibió el primer premio de innovación del Gobierno de Navarra en 2006, del que obtuvo una licencia entre 2008 y 2009 para estudiar las aplicaciones didácticas del Kamishibai”.

Representación diplomática

Tras esta presentación, el embajador Hiramatsu entregó el diploma a la galardonada, dándole las gracias por fortalecer “la amistad entre España y Japón”. Aseguró también que “Carmen Aldama ha logrado difundir la magia del Kamishibai tan lejos como su imaginación le ha permitido llegar”.

Agradecimientos de la condecorada

Después tomó la palabra la propia Carmen Aldama, quien declaró sentirse “muy arropada y muy bien”. “Hace veinte años comencé esta aventura, cuando de forma casual descubrí cómo la audiencia disfrutaba en una interpretación de Kamishibai”, señaló. Enseguida comenzó a vislumbrar “su gran potencialidad didáctica, ya que estimula las mentes de los niños haciéndoles crear historias”. “Transmito mi agradecimiento al Gobierno de Japón, al Colegio San Juan de la Cadena, a la Sociedad Internacional de Kamishibai de Japón y a la Asociación de Amigos del Kamishiba, al Ayuntamiento de Pamplona y a mi propia familia por haber estado siempre a mi lado”, continuó.

Clausura

El encuentro se cerró con la intervención del concejal de Educación del Ayuntamiento de Pamplona, Fernando Sesma, quien destacó “el poder del Kamishibai como herramienta terapéutica para fomentar la creatividad y el dominio del lenguaje”; el consejero de Educación del Gobierno foral, Carlos Gimeno, el cual defendió “los lazos institucionales con Japón”; y, finalmente, por Akari Razquin y Matías Laberge, participantes en el taller de Kamishibai del Colegio San Juan de la Cadena. Estos recitaron, en japonés y español, un relato creado en dicho taller, titulado El elefantito tiene hambre.