Tras una semana sin verse desde que se bajaran de aquel autobús que les trajo desde Varsovia, volvían a reunirse en Olite las mujeres y niños ucranianos con Iñaki Arrieta, el organizador del viaje, y Jesús Abadía, el chofer del vehículo, acompañados por los vecinos y vecinas de Olite que ahora acogen a estas familias que escapan de la guerra en su país. Son seis las familias de este municipio que han acogido a 25 mujeres y niños que escapan de la guerra en Ucrania.

“A través de una conocida nos pusimos en contacto con la Asociación Segunda Familia de Pamplona, que buscaba gente para acoger a estas familias”, explica Gustavo Cárcar, vecino de Olite. Tras ese primer contacto, las familias de acogida del municipio crearon un grupo de Wathsapp para gestionar las acciones que se requieren para recibir a los ucranianos y agilizar así el trabajo de la asociación. “Hablamos con el Ayuntamiento de Olite, el colegio, el tema de los papeles... y creamos una cuenta para recibir donaciones y poder dárselas a ellos”, explica Cárcar. Él y su familia han acogido en su txoko a Victoria y a su hijo Yaroslaf, que viajaron desde Polinia hace dos semanas con otros 36 ucranianos en el autobús que alquiló el pamplonés Arrieta.

“Tienen una cara completamente diferente a la de una semana. Cuando veníamos estaban nerviosos y asustados, ahora se les ve tranquilos”, detalla Abadía, que fue el encargado de llevar y traer el vehículo.

Durante el encuentro, los más pequeños de Olite jugaban con los más pequeños que han llegado de Ucrania, y, aunque no comparten el idioma, “todos saben el idioma de los niños, el de jugar”, dice Arrieta.

En cuanto a la convivencia, todas las familias aseguran que es una experiencia totalmente nueva y que intentan hacer que “se sientan como en casa” a pesar de las circunstancias. “Nos dicen que están muy agradecidos y hay veces que les cuesta pedirnos las cosas porque se sienten una carga. El idioma también es un impedimento, pero nos acabamos entendiendo”, explica Cárcar. “Tenemos la parte de abajo de casa adaptada para que hagan toda la vida ahí. El pequeño come y se sube arriba rápido a jugar con mis hijas.”, relata.

La ucraniana Leisha llegó a Olite con sus tres hijos y fueron acogidos en la vivienda de una de las familias. “Todavía no nos creemos que hagan todo esto por nosotros. Estamos muy bien, aunque es difícil no pensar en la familia que dejamos allá. Intentamos estar constantemente en contacto con ellos”, relata la joven.

Los txikis se entienden con sus idiomas propios, los mayores hacen uso del traductor del móvil y de esta forma se enseñan su propio idioma los unos a los otros. “He aprendido varias palabras en ucraniano y ellas en castellano. También nos enseñamos canciones y costumbres de cada cultura”, cuenta una vecina de Olite. Además, el municipio ha organizado clases de castellano que imparten profesoras del municipio para que asistan todos y todas las que quieran aprenderlo.

TrámitesEmpadronamientos

Empadronamientos

Actualmente Olite cuenta con 25 vecinos y vecinas de Ucrania empadronados en el municipio, una gestión “primordial” para su acogida. “Cuando supimos que iban a venir lo primero que hicimos fue consultar todas las pautas que marca el Gobierno de Navarra. Hicimos un comunicado con lo que había que hacer y lo que no había que hacer”, asegura Maite Garbayo, Alcaldesa de Olite. Lo que sí que había que hacer era empadronar a los acogidos porque, de este modo, “tienen todos los derechos”, dice. “Al ser ciudadanos de Europa, se le está permitido el tránsito, trabajar, les vale el carnet de conducir... o una serie de prebendas que se las da por el estatuto de refugiados de guerra”.

Una vez empadronados, estas mujeres y niños ya pueden acudir al centro de salud de Olite o empezar las clases en el colegio público, donde se iniciarán este martes. “Les hemos ofrecido el banco de alimentos y se ha hecho una recogida de ropa a demanda. Además pueden ir al gimnasio, al polideportivo y a todas instalaciones municipales si lo desean”, dice Garbayo. La Escuela de Música de Olite también ha querido colaborar ofreciendo clases a los niños y niñas que quieran realizar extra escolares. “Se han implicado las asociaciones y grupos de todo Olite, la respuesta ha sido increíble”, asegura la alcaldesa. “Nos parecía muy importante hacer las cosas bien, preguntarles qué necesitan, no pensar lo que pueden necesitar porque vienen de una situación my delicada y no queríamos agobiarles”.

Plataforma de ayuda

Las familias de acogida de Olite han creado una plataforma para ayudar a estas familias ucranianas a través de donaciones económicas, materiales o para realizar gestiones necesarias. Para hacerlo, han habilitado la cuenta ES81 3008 0035 1846 3928 1023 donde recibirán las donaciones económicas que entregarán a las familias y recogen material de higiene para mujeres, niñas y niños en la casa de cultura de Olite.

Implicación del pueblo

La ayuda que está ofreciendo Olite no viene solo de las familias de acogida o del Ayuntamiento ya que algunos comercios locales están contribuyendo al bienestar de estos refugiados. “Cuando me enteré de que había un grupo de gente de Olite que iba a acoger, ayudar o colaborar, me puse en contacto con ellos por si podía acoger a una niña. Como de momento no hace falta, se me ocurrió colaborar con lo que sé, ofreciendo mis servicios de peluquería. Así que no hizo falta pensármelo mucho”, cuenta Mariví, dueña de la peluquería Mariví Echarri de Olite, que ha cortado el pelo de varios ucranianos acogidos de forma gratuita. “Han venido ya unos cuantos y la verdad es que es una experiencia muy bonita, porque aunque solo sea cortarles el pelo, lo agradecen mucho. El idioma es un obstáculo, pero nos apañamos con el traductor”.

Como ella, todo el pueblo se ha implicado para integrar a estas 25 personas procedentes de Ucrania para intentar que se sientan acogidos lejos del terror que está viviendo su país.