Esta semana se conoció la sentencia condenatoria de 21 meses de prisión contra un padre que maltrataba a su niña, cuando esta solo tenía 1 año. La ataba durante horas a la cama. Impedía que le cambiaran el pañal porque, a su juicio, no era necesario y asimismo le daba alimentos a la fuerza, causándole heridas en la boca y hasta generarle a la pequeña fobia a la cuchara. Ese hombre, condenado también por maltrato a su mujer durante años, también había sido condenado antes a casi 5 años de cárcel por violencia de género.

Existen maltratadores así en Navarra, monstruos de este y de otro calibre que dejan a niños y niñas traumatizados en muchos casos de por vida, y cada día se denuncian más agresiones, circunstancia que no tiene por qué adquirir una connotación negativa, puesto que ello también habla de un cambio de mentalidad a la hora de denunciar y significa que surten efecto las campañas de concienciación y las llamadas a la ciudadanía para que se formulen denuncias en cuanto se perciba una posible situación de malos tratos o de violencia sexual. Aun así, la cifra por ejemplo de menores atendidos en Navarra por haber convivido con situaciones de violencia no deja de ser de lo más preocupante.

Hasta 102 menores de edad fueron en el pasado año 2021 atendidos en Navarra con programas terapéuticos de intervención psicológica. Respondían a actuaciones que se habían realizado con estos menores por haber sido víctimas de delito. El equipo técnico del gabinete Psimae, que se encarga de estos menores derivados desde la Oficina de Víctimas del Delito en Navarra, ha constatado un aumento tremendo de los menores que han accedido a dichos programas, puesto que el centenar que se encuentra en tratamiento a finales de 2021 suponía doblar el número de atenciones que se habían llevado a cabo en 2020, cuando se atendió a 59 menores. Y en cuanto a los tipos de violencia que sufren los más vulnerables llama la atención el predominio de la violencia sexual. Así, hasta 62 niños y niñas fueron víctimas de delitos sexuales y por ello se encuentran ahora en terapia. En el año 2020 habían tratado a 39 menores, por lo que el crecimiento ha sido del 60%, Durante el pasado año se ha atendido también a 4 adolescentes por ser víctimas de violencia de género, a 18 menores por ser víctimas secundarias (es decir, no son agredidos directamente por el victimario pero sí que conviven en una situación de violencia, por ejemplo porque el agresor maltrata a su madre o a algún otro familiar), 13 más se encuentran en tratamiento por haber sufrido violencia doméstica por parte de sus padres o abuelos y otros 4 siguen los programas por haber tenido episodios de bullying en el entorno escolar.

Edad, origen y tipo

En relación con la edad, se ha dividido a los menores en tres intervalos; de 4 a 9 años, de 10 a 14 años y de 15 a 17 años. Más de la mitad (51%) de los menores incorporados a los programas terapéuticos durante el año 2021 se encuentran en el intervalo de edad entre 10 y 14 años, después las menores entre 15 y 17 años con un 42%, y finalmente los menores de 4 a 9 años de edad con un 7%.

Respecto a la nacionalidad de las víctimas menores de edad que se incorporaron en 2021 a los programas terapéuticos, se observa que más de tres cuartas partes de los menores (77%) son de nacionalidad española frente poco menos de ¼ (23%) de nacionalidad extranjera. Este dato es muy parecido al de las víctimas adultas.En cuanto al sexo de los menores incorporados a los programas en 2021, la gran mayoría de las intervenciones son de mujeres (72%) frente a las asistencias con hombres (28%).

Al acabar 2021 eran 75 los menores que se encontraban en los programas de tratamiento (las cifras de este año siguen yendo en aumento), después de que se hubieran producido durante el año una veintena de altas terapeúticas y otros 7 menores causaran baja del programa por distintos motivos (abandono, derivación a otros servicios, etc.). La intervención con estos menores dependerá mucho de la intensidad de los episodios de violencia, la prolongación en el tiempo y la gravedad de los hechos, pero por lo general el tratamiento es superior a un año de duración. l