l incendio que arrasó campos de cultivo y arbolado entre Arróniz y Los Arcos fue controlado ayer, después de más de 26 horas de contención en la que ardieron varios miles de hectáreas. Un incendió cuyo inicio todavía no está claro si fue consecuencia del efecto de algún rayo o por la realización de alguna tarea agrícola.

Lo cierto es que desde las 18 horas del sábado, decenas de agricultores salieron a bordo de diversa maquinaria agrícola para su extinción. Una tarea en la que se entregaron desde las primeras horas, en las que el fuego arrasó centenares de hectáreas de cultivos y rastrojos de cereal y cruzó por varios puntos toda la extensión de la A-12 en el término de Cugullo, entre Luquin y Barbarin. Desde ahí, la labor incansable de los agricultores hizo que el fuego se redujera a la zona de montaña.

Así llegó la oscuridad y el intenso trabajo que se realizó en las fincas colindantes al fuego manteniéndolo a raya. El avance del incendio se concentró entonces en el término de La Raicilla, entre Villamayor y Los Arcos, en el que los servicios de extinción apenas contaban con dos brigadas de bomberos del parque de Estella y otra desplazada desde Santa Cruz de Kanpezu.

Una gran actividad nocturna de los agricultores hizo posible que llegará el amanecer sin que el fuego se hubiera extendido por los campos de cereal.

Con el amanecer se vio que el incendio no había avanzado tanto como se preveía y estaba localizado en los montes de La Raicilla, en Los Arcos, donde el arbolado mayoritario era de pinar y que el trabajo de los agricultores y bomberos había mantenido los flancos del incendio fuera de las piezas de cereal, viñas y olivares de la zona.

Hasta el lugar comenzaron a llegar los refuerzos desde primera hora. Así, un servicio aéreo con dos avionetas Air Tractor y una gran aeronave (La Foca) que descargaron centenares de miles de litros de agua. Una labor que estuvo acompañada de un helicóptero de la brigada aérea de Miluce. Junto a ellos, varias dotaciones de bomberos desplazads desde los parques de Estella y Lodosa junto con otras dos brigadas llegadas de Álava y tres desde Ceis Rioja (Arnedo, Nájera y Haro), además de los voluntarios de protección civil de Sartaguda.

Una intensa actividad en la que se avanzaba metro a metro, lo que permitía la descarga de agua sobre las llamas. En esa actividad los agricultores impidieron también cualquier conato de que el fuego saliera del monte.

Tras veinte horas desde el inicio del incendió, los tractores se fueron retirando después de su intensa batalla en la que, además de atravesar columnas de humo y fuego son sus vehículos, tuvieron que destruir buena parte de las cosechas que estos días están recolectando para evitar la propagación incontrolada del fuego.

A última hora de ayer los dotaciones de bomberos avanzaban por los pinares enfriando la zona palmo a palmo. El incendio estaba por fin controlado pero "nunca se puede saber como evoluciona", aseguró Vicente Martínez, sargento del parque de Lodosa. En este sentido estuvo vigilado durante toda la noche de ayer por varios retenes.

La tranquilidad relativa hasta que no se dé por extinguido oficialmente, llegó a las localidades afectadas y también a Los Arcos donde todo el ayuntamiento (gobierno y oposición) estuvieron juntos con su brigada de servicios, en apoyo a las distintas dotaciones. También el alcalde de Villamayor de Monjardín, Eugenio Barbarin, se mostró a última hora de la noche de ayer esperanzado: "Hay muchas copas de pinos que no se han quemado, esperaremos a ver cómo evolucionan estos pinares".

Tras las tareas de retén de incendios muchos de los agricultores prosiguieron ayer sus labores de recolección porque el aire fresco del norte les animaba "a seguir con bien lo que el fuego dejó de nuestra cosecha". Una vez apagado, hubo voluntarios que refrescaron el terreno quemado con el agua de sus cisternas. l