Un hombre de 57 años y de nacionalidad española ha sido condenado de conformidad esta semana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra a 33 meses de prisión por haber abusado sexualmente de forma continuada de una sobrina entre 2012 y 2017, cuando la menor tenía entre 10 y 15 años de edad.

El acusado ha aceptado la pena después de que se le aplicaran las atenuantes de reparación del daño (al haber pagado 20.000 euros para indemnizar los daños psicológicos causados a la víctima) y de dilaciones indebidas, por el retraso en juzgarse del procedimiento.

La defensa pedirá que se le suspenda de forma extraordinaria la pena de prisión y no ingrese en la cárcel, pero el Ministerio Público se opone a dicha suspensión. Al encausado le condenan también a 45 meses de inhabilitación especial para desarrollar cualquier profesión en la que pueda tener algún contacto con menores y el mismo tiempo de alejamiento de 200 metros de la víctima y de prohibición de comunicarse con ella.

SE APROVECHÓ DE SU VÍNCULO PARENTAL

El acusado es tío carnal de la víctima y amparándose en ese vínculo parental y en el hecho de que ocasionalmente cuidaba de la niña, el procesado "ejecutó varios actos con el ánimo de satisfacer sus deseos y apetencias sexuales", narra el escrito de la Fiscalía.

Así, entre los años 2012 y 2013, la víctima acudía frecuentemente al domicilio personal del encausado, situado en una localidad de la Comarca de Pamplona, para pasar allí los fines de semana. Con ocasión de dichas estancias y una vez que la menor se encontraba acostada, el acusado entró en diversas ocasiones en el dormitorio que la víctima compartía con una prima e hija del procesado. Allí, con el pretexto de darle unos masajes, le efectuaba varios tocamientos en sus partes íntimas.

A partir de 2016, la menor también estuvo frecuentemente al cuidado del procesado, quien, amparándose en su condición de tío carnal de la menor, se reunía con ella y la trasladaba en automóvil a lugares solitarios donde, en distintas ocasiones, le efectuaba tocamientos. En concreto, el día 31 de octubre de 2017, se produjo el último de los encuentros entre el encausado y la víctima, cuando trasladó a la menor en coche a un descampado a primera hora de la tarde y volvió a abusar de la menor. Tras pasar la tarde con ella, finalmente a las 21.45 horas, la trasladó en su automóvil hasta las inmediaciones de un pueblo de la Comarca de Pamplona donde una vez más le tocó sus partes íntimas.

Asimismo, antes de aquello, entre los meses de junio, julio y agosto de 2017, el procesado solía acudir frecuentemente por las tardes al domicilio familiar de la menor y aprovechando que estaba al cuidado de ella, y que se encontraba sola en la vivienda por estar ausentes los padres por razones laborales, el acusado repetía su conducta abusadora sobre la chica.

Como consecuencia de estos hechos, la menor ha sufrido diversos daños psicológicos que han sido valorados en 20.000 euros. El acusado ha consignado dicha cantidad en el órgano judicial para resarcir el daño causado.