El Juzgado de lo Penal 1 de Pamplona ha condenado esta miércoles de conformidad a seis meses de prisión por un delito contra la intimidad en grado de tentativa a un joven, cuyas iniciales son A.J.V.F., de 24 años, natural de El Salvador y que no tiene antecedentes penales, que fue sorprendido cuando grababa a su vecina desnuda mientras se duchaba.

El acusado tendrá que pagar también una multa de 1.440 euros y se le suspendió la pena de prisión, es decir, no será encarcelado, si no comete un nuevo delito similar en dos años. Al procesado se le ha aplicado la atenuante de reparación del daño después de que indemnizara a la víctima con 600 euros por los daños causados.

En la sentencia se reconoce que sobre las 19.00 horas del 4 de septiembre de 2021, el acusado, a través del patio interior del edificio del barrio de La Milagrosa en el que vive, observó que en el baño de unos de los pisos se veía a través del cristal traslucido de la ventana, que estaba en modo oscilobatiente, que había una mujer.

Así, con ánimo de obtener imágenes íntimas puso en palo en su teléfono hasta lograr meterlo por la ventana, momento en el que fue sorprendido por la joven, que estaba desnuda sin que conste que lograse obtener su imagen. De ahí que se le condene por un delito contra la intimidad en grado de tentativa.

En el momento de los hechos, la perjudicada, una joven de 18 años, manifestó a la patrulla de la Policía Foral que mientras se duchaba había visto un palo selfie con un teléfono asomándose por la ventana del baño. La mujer avisó a su pareja y se dirigieron ambos a casa del vecino, con quien tienen contiguas las ventanas de los baños.

Según indicaron posteriormente a los policías intervinientes, el presunto autor ahora condenado les reconoció inicialmente haber realizado las grabaciones, incluso se habría ofrecido a enseñar le contenido del móvil, aunque más tarde se desdijo.

El ahora condenado negó haber realizado grabación alguna, tal y como le acusaban sus vecinos. Pero ante la insistencia del policía, y por sus posibles consecuencias, reconoció los hechos y acabó mostrando las grabaciones, que ya había volcado en una carpeta informática. Una vez confirmado el delito se le incautó el teléfono para análisis y el palo selfie como prueba del posible hecho delictivo.