Una vecina de una localidad de Tierra Estella ha sido condenada en la mañana de este jueves en el Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona a tres multas, de 360 euros cada una de ellas, por dos delitos de acoso en su modalidad de coacciones y uno de daños después de haber hecho la vida imposible a un matrimonio vecino, que residía en el piso superior al de la acusada, durante el año 2019.

La procesada, que ha aceptado de conformidad la sentencia, que le aprecia la atenuante de trastorno mental, deberá además pagar una indemnización de 1.500 euros a cada uno de los miembros de la pareja por los daños morales causados y abonar otros 620 euros por los daños ocasionados en una ocasión el inmueble de estos tanto en la puerta como en el buzón, ya que los golpeó y los rayó con fuerza. Hará frente a la condena con el pago de 600 euros en siete plazos. Además, el acuerdo alcanzado le impone una orden de alejamiento y de prohibición de comunicación durante 8 años con las víctimas.

RUIDOS, INSULTOS Y GRABACIONES

Los hechos que ha aceptado la procesada empezaron a desarrollarse a partir del año 2019 cuando era vecina del piso de abajo en el que vivían las víctimas.

Según recoge el escrito de la Fiscalía, "con la finalidad de perturbar la tranquilidad del matrimonio, llevó a cabo cabo conductas molestas frente a estos, con constantes golpes en el techo, portazos y movimiento de muebles a horas intempestivas".

Además, la acusada, en las ocasiones que se cruzaba con la mujer, y esta le echaba en cara su comportamiento, aquella le decía que iba a seguir haciéndolo, que no lo iba a poder demostrar, y que le iba a tener que aguantar por más tiempo, diciéndole también la acusada al marido, cuando se cruzaba con el mismo, expresiones como "traficante" y "putero", acercándose a él, y empujándole.

En la sobremesa del 30 de julio de 2019, la mujer denunciante mantenía una conversación telefónica con una conocida en el interior de su domicilio y la acusada grabó dicha conversación sin consentimiento de las implicadas y luego la remitió como audio de WhatsApp a diferentes contactos comunes y conocidos del matrimonio. Por estos hechos llegó ya a abrirse una causa judicial en el Juzgado de Estella, que terminó archivándose.

En octubre de 2019, como consecuencia de los hechos descritos, el matrimonio terminó abandonando la vivienda y comenzó a residir en una bajera habilitada como vivienda en la misma localidad. Pero el acoso no terminó ahí.

LLAMADAS DESCONOCIDAS Y AUDIOS

El 28 de diciembre de ese año 2019 el marido recibió en su teléfono móvil hasta 21 llamadas desde un número desconocido enviadas por la procesada. Posteriormente, esta mandó un mensaje de voz al hombre dirigiéndole expresiones como "me cago en todos tus putos muertos", "si tienes cojones ven y dímelo a la cara, frente a mí", "anormal", "narcotraficante", "y encima follándote a tus clientas", "puto acosador de mierda", "desgraciado", entre otras.

El día 30 de diciembre de 2019 sobre las 09.45 horas la procesada se presentó en el domicilio de las víctimas, comenzó a llamar insistentemente al timbre, y golpeando con las manos la puerta, dando patadas a la misma en la zona inferior, rayando la puerta en la zona intermedia, utilizando para ello unas llaves que portaba en la mano, bajando a continuación al portal donde rompió el buzón que tenían en el inmueble. Los daños en la puerta y en el buzón han resultado valorados pericialmente en 618,79 euros.

Por último, el 31 de diciembre de 2019 sobre las 15.55 horas, cuando el marido acudió a su vivienda para recoger ropa, se encontró en el portal con la procesada que, al verlo, se acercó a él, le impidió el acceso a su casa y le empezó a vociferar varios insultos.