La pregunta trae de cabeza a los fabricantes de coches y a los bomberos. ¿Qué pasa si mi vehículo eléctrico o de gas se incendia tras un accidente? Intervenir en estos casos plantea desafíos a los que las marcas dedican esfuerzos en I+D+i con el objetivo de aumentar la eficiencia de las actuaciones, ya que algunas opciones empleadas en la actualidad, como sumergir el vehículo en un tanque de agua, no son operativas.

Si bien en Navarra aún el parque automovilístico de coches eléctricos, híbridos o de gas es muy pequeño en comparación con los vehículos de combustión, el interrogante inquieta de cara al futuro. Preparándose para ello, desde el pasado 28 de febrero y hasta el 23 de marzo, las instalaciones de Volkswagen Navarra acogen un curso formativo sobre Intervención en vehículos impulsados por nuevas tecnologías, organizado por el Servicio de Bomberos en el que van a participar los 400 bomberos del Gobierno de Navarra y los 26 de la fábrica automovilística.

Iban Vicente, responsable de la Unidad de Protección Contra Incendios y Emergencias de Volkswagen Navarra, explica que estas jornadas formativas surgen con el objetivo de “dotar de recursos a los bomberos, tanto del Gobierno de Navarra como de Volkswagen Navarra, para que puedan actuar con eficacia ante cualquier incidente en el que esté involucrado un vehículo con nuevas tecnologías”. Esta clasificación no se refiere únicamente a los coches eléctricos e híbridos sino también a todos aquellos impulsados por dos tipos diferentes de gas: el GLP (Gas Licuado del Petróleo) o el GNC (Gas Natural Comprimido), cuya utilización también ha aumentado durante los últimos años.

Si bien existen diferencias notables a la hora de abordar un vehículo en llamas dependiendo del tipo de tecnología que lo impulsa, también hay similitudes. “Para que un coche se incendie, deben confluir tres factores: oxígeno, combustible y una fuente de ignición. En cualquier caso y tecnología, que un vehículo se incendie en marcha es muy poco habitual. Distinto es cuando se produce un accidente”, admite Vicente.

DIFERENTES TÉCNICAS

Mientras que los bomberos sí están habituados a apagar vehículos con motores de combustión que se incendian o a realizar rescates de ocupantes tras un accidente de tráfico, la experiencia con otro tipo de tecnologías es mucho menor. “En un accidente con un vehículo de gasolina o gasoil, se usa espuma, no solo para apagar el fuego, sino para controlar los materiales derramados. En cambio, con vehículos de GLP/GNC o eléctricos, la cosa cambia un poco”, señala Daniel Vizcay, en representación del equipo de instructores de los Bomberos de Navarra, quien agrega que “por eso estamos creando unos protocolos, aunque será la experiencia la que nos ayude a perfeccionarlos, ya que hasta la fecha no hemos tenido que intervenir con coches eléctricos o de gas en Navarra”.

En el caso de los coches impulsados por gas, el incendio se produce por una fuga del propio gas, combinada con una chispa, bien del propio circuito eléctrico del coche, bien por el rozamiento del propio vehículo contra otro elemento. “En estos casos, los bomberos controlamos la fuga, la llama, y nos conviene esperar a que se consuma el gas. Durante ese proceso, creamos una pantalla con agua o con espuma para desviar la llama del resto de partes el vehículo. Los depósitos de gas suelen ir ubicados en el maletero por razones de seguridad”, apunta Vicente.

Un principio similar a ese agotamiento del material combustible se aplica a los vehículos eléctricos. “Las baterías están formadas por 30-40 celdas cargadas con ion litio, que en caso de un accidente o deformación, producen una ignición interna o embalamiento térmico, con temperaturas muy elevadas, que pueden desencadenar que el coche se acabe incendiando”, admite Vicente. Se aplica entonces “la técnica de la península y de la isla: el objetivo es aislar el vehículo de otros bienes que puedan resultar afectados”.

TANQUE DE AGUA O MANTA IGNÍFUGA

Sumergir el coche en un tanque de agua es una de las opciones. “Se les somete a una cuarentena de entre 24 y 48 horas. El vehículo se echa a perder por completo por el efecto del agua”, comenta Vicente, que admite que en Navarra no existe ningún tanque de esas características. “El sistema más extendido en estos momentos es el de usar una manta ignífuga de grandes dimensiones con la que se cubre el vehículo en cuestión para retirarle el oxígeno y ahogar el incendio”, desvelan Vicente y Vizcay.

Probar este equipamiento es una de las actividades incluidas en la formación que se está impartiendo en Volkswagen Navarra este mes. Además de nociones teóricas sobre los diferentes motores de energía alternativa al gasoil y la gasolina, como el GLP y el GNC, así como los coches impulsados por energía eléctrica, también se muestran procedimientos de intervención ante accidentes con este tipo de vehículos involucrados, tanto con incendio del coche como sin él, con el objetivo de “convertir en seguras las intervenciones de los bomberos”.

La formación se completa con sesiones prácticas, en las que se visualizan coches eléctricos y de GLP o GNC, así como una villavesa (autobús urbano) híbrida, cedida por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, en la que se observan las técnicas de paradas de emergencia y desconexión de las baterías para poder trabajar con seguridad ante un incidente. Por último, en la campa de prácticas de Bomberos de Volkswagen Navarra se realiza una simulación con fuego real sobre una maqueta de un supuesto coche impulsado por gas, creada en una carrocería cedida por el Taller de Chapistería de la fábrica.

Las acciones de colaboración en esta materia entre el cuerpo de bomberos del Gobierno de Navarra y el servicio de bomberos de Volkswagen Navarra continuarán “conforme se desarrollen nuevas tecnologías en los vehículos, de modo que sea necesaria una actualización formativa”, finalizan.