La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha confirmado una condena de seis meses de prisión por un delito de atentado a un vecino de una localidad de la Ribera Alta después de que insultara y lanzara una silla a un médico del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, al que tendrá que indemnizar con 6.000 euros por el perjuicio y daño moral causado. El tribunal viene así a confirmar una sentencia del Juzgado de lo Penal 2 de Pamplona.

Los hechos probados de la resolución indican que el 13 de noviembre de 2019 el acusado acudió al centro de salud, donde fue atendido por el médico de familia, quien se encontraba prestando sus servicios como funcionario público.

El paciente exigió al facultativo que le prescribiera un determinado medicamento, a lo cual se negó, explicándole los motivos de ello. La explicación no satisfizo al paciente encausado, quien se dirigió de forma agresiva al médico, insistiendo en que le diera la medicación. Al mismo tiempo golpeó la mesa del doctor, a quien dijo “gilipollas, no eres español, vete a tu puto país”.

A pesar de lo cual, el médico le reiteró que no iba a acceder a su petición, y que, en su caso, presentara una reclamación.

Ante la reiterada negativa, el acusado abandonó la consulta, regresando al cabo de unos diez minutos, dirigiéndose al doctor en términos agresivos. A continuación de las palabras pasó a los hechos, y “lanzó una silla al médico, no alcanzándole, dada la escasa fuerza del acusado, si bien pegó en la parte baja de la mesa del despacho”.

La sentencia concluye que a consecuencia de esta situación vivida, y por el estrés, tensión y miedo causado, el médico estuvo de baja temporal desde el día 14 de noviembre de 2019, estando estimada en 110 días de duración. Ha solicitado incluso el traslado de centro médico y ahora ejerce en otra comunidad autónoma.

DESESTIMACIÓN DEL RECURSO

El procesado recurrió la condena al entender que el médico había declarado en tres ocasiones dando versiones distintas de los hechos y consideraba “increíble” su última versión en la que “viene a reconocer que la silla no le pasó por delante de la cara como dijo en el juzgado, sino que el acusado le lanzó una silla, ésta hizo una parábola y pegó en la parte de debajo de la mesa de su consulta”.

Lo que defiende el acusado es que “sí es cierto que mantuvo una discusión con el doctor” y que “al levantarse de la mesa de paciente movió una silla que acabó cayendo al suelo y que en ningún caso la levantó, ni se la arrojó al doctor”.

Sin embargo, la Audiencia respeta la valoración de la prueba que realizó el juzgado de lo Penal, desestima el recurso y otorga credibilidad a lo relatado por el facultativo en el juicio. Este declaró que “al abrir el historial del acusado, apareció un aviso de abuso de psicofármarcos, ya que cada dos semanas solicitaba un medicamento, por lo cual había tenido ya problemas con el Servicio de Urgencia Rural; señalando así mismo que el mismo médico le había derivado antes al centro de salud mental de Tafalla, quien pautó una medicación diferente, lo que disgustó al acusado, y a quien el médico le indicó que podía presentar una reclamación pero que él no podía recetar el medicamento exigido por el paciente”.

En ese contexto se produjo el abandono de la consulta por el acusado, para volver poco después, “en actitud tan agresiva que el médico optó por llamar al 112”.