Varios miles de personas han protestado este sábado en Berlín contra la estrategia del Gobierno alemán para hacer frente al coronavirus, y en particular las restricciones que siguen vigentes, como la obligación de usar mascarillas, en una marcha que ha desembocado en al menos 36 detenciones provisionales.

Después de que varias concentraciones individuales previstas para este fin de semana hayan sido prohibidas por las autoridades, en virtud de las mismas normas contra las que los manifestantes querían protestar, finalmente ha acabado reuniéndose una multitud tan numerosa como dispersa que ha comenzado a recorrer las calles acompañada por agentes de policía a pie, en furgonetas e incluso en un helicóptero.

Amplias zonas del barrio gubernamental de Berlín han sido acordonadas y por ahora se tiene constancia de 36 detenciones provisionales. Según la Policía se han producido varios ataques a los agentes, uno de los cuales ha resultado herido.

La Policía ha estado preparada para una multitud mayor, con unos 2.000 agentes desplegados, incluidos algunos de otras fuerzas de Alemania. La gran mayoría de las personas han caminado sin mascarillas ni otras medidas de protección.

Las autoridades han prohibido nueve manifestaciones, incluida la del movimiento Querdenken, un grupo de escépticos del coronavirus, activistas de extrema derecha y antivacunas, que iba a marchar por una de las principales calles de Berlín.

Cuatro manifestaciones han desafiado la prohibición policial en los tribunales, una de ellas con éxito, consiguiendo finalmente el permiso para una reunión de 500 manifestantes tanto el sábado como el domingo.

La Policía presta especial atención a este tipo de concentraciones desde que hace un año las grandes protestas contra las restricciones del coronavirus en Berlín acabaron con manifestantes rompiendo las barreras del Reichstag, sede del Parlamento alemán, y ocupando brevemente una de sus escaleras principales, lo que provocó una gran indignación en el país.