No tiene que ser nada fácil abandonar tu casa, tu vida, para huir con lo puesto y una mochila o una maleta de tu ciudad o de tu país sin saber si algún día vas a poder volver al lugar en el que están todos tus recuerdos. Peor aún es marcharte viendo tu casa bombardeada, con lo que soñar con volver es aún más difícil.

Es lo que se encontró una mujer ucraniana, Irina Maniukina, de 48 años: su casa, en la ciudad de Bila Tserkva, cerca de Kiev, había sufrido numerosos desperfectos y por seguridad tenía que abandonarla. Se enteró mientras estaba en el mercado de que un misil había caído a menos de diez metros de su hogar, donde se encontraba su hija Karina, que logró salir ilesa.

Antes de huir en busca de un lugar más seguro, Irina volvió a su casa para despedirse de ella. Se encontró todas las puertas y ventanas destrozadas, escombros por todas partes y hasta la habitación de su otro hijo, Anton, de 23 años, incendiada; pero su piano, un precioso piano de cola blanco, resistió, gracias a que estaba protegido por una funda.

En el vídeo que grabó su hija Karina se ve cómo Irina levanta la funda del piano y, después de quitar restos de metralla y polvo, comienza a tocarlo con maestría, una grabación que se ha hecho viral y ha recorrido el mundo. Escoge el estudio número 1, opus 25, de Frédéric Chopin, en una interpretación que resulta magnética y que no deja de sonar mientras su hija, que sigue grabando, recorre las diferentes estancias de la casa, todas destrozadas por el ataque ruso.

Muchos internautas que han observado el vídeo han encontrado enormes similitudes entre este momento y la escena central de la película El pianista de Roman Polanski, interpretada por Adrien Brody.