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No hubo huecos en la sala Luyber, pero sí un gran "Huecco"

No hubo huecos en la sala Luyber, pero sí un gran "Huecco"Foto: f.f.g.

Laura more, touché y huecco. Fecha y lugar: Sala Luyber de San Adrián. Sábado, 2 de enero. Incidencias: Lleno absoluto, se agotaron las localidades. 1.000 personas en la sala. Grupos: Laura More (voz y guitarra), acompañada por la banda denominada Freaks, que aportaron contrabajo, guitarra, teclados, guitarra eléctrica, Hammond y batería. Touché, integrado por Guillermo Bea (guitarra y voces), Javier Otero (guitarra y voces), Javier Ayucar (bajo) e Itziar Gavari (batería). Huecco, integrado por Ivan (voz y guitarra), Alejandro Fernández (teclados), David Sáez (bajo), Laura Jiménez (coros) y Leonardo (guitarra).

SI esto sigue así, al acabar esta edición tendremos que empezar a hablar de récords en el certamen de San Adrián. Ayer, segunda jornada del festival, la nueva sala Luyber colgó por primera vez el cartel de no hay entradas. Llegados desde Almería, Laura More y los freaks subieron timoratos al escenario, pero fue pisarlo y cada músico se convirtió en un auténtico titán de su instrumento. Comandados por la increíble voz de Laura More, presentaron las canciones de su último disco, On time, canciones que consiguen el propósito de trasladarte a distintos estados de ánimo y cuyos matices, sobre todo los del Hammond y el contrabajo, trabajan perfectamente las atmósferas de cada canción.

En segundo lugar subieron al escenario, tras la caída de última hora de La BBC y los Minicomponentes, los navarros Touché. Formación que apenas lleva más de un año trabajando, lo que inevitablemente se notó, pero cuenta con buenos e interesantes mimbres para ofrecer en breve una evolución notable.

Y llegó la hora de la rumba, y del rock, del punk, y de muchas cosas más, porque Huecco es capaz de subir a un escenario y juntar perfectamente las más diversas sonoridades; eso sí, con el rock como base principal. Ante una sala abarrotada, que coreó los temas, sobre todo ellas, desde los primeros instantes de la actuación, Iván se mostró como es, una avalancha de energía, de carisma y de coherencia que no deja a nadie indiferente. Consiguió romper las primeras caderas con Pa mi guerrera pero también supo alternar temas algo más tranquilos, sólo un poco, en los que el protagonista indiscutible era el mensaje. Como no podía ser de otra manera, Reina de los angelotes volvió a subir la temperatura en la sala y dio pie a continuar con un repertorio en el que hasta hubo un pequeño homenaje a Tijuana in Blue, con un medley en el que Iván se cantó lo de "joder, qué bien se está en esta capital, chiquita y apañada pero pa que quieres más, pero hay alguien que sobra, ya sabes por quién va...". Iván, ademas, tuvo el gesto de subir al escenario a una de sus fans para cantar con él y cerró el concierto, como no podía ser de otra manera, con Se acabaron las lágrimas, coreada por todas y todos y que puso el broche final a una actuación sobresaliente. Sobresaliente que no habría podido conseguir si el sonido de la sala hubiera sido ejecutado por los técnicos de la misma manera, sobresaliente, algo que viene sucediendo año tras año pero que, quizá, en esta XV edición, hasta el momento, lo han bordado.