pamplona. Joxemiel Bidador, filólogo, profesor de euskera e investigador, falleció ayer a los 39 años en el Hospital de Navarra, donde permanecía desde el pasado viernes, cuando ingresó tras sufrir un derrame cerebral mientras impartía una clase en el Instituto Benjamín de Tudela de la capital ribera. La conducción y el entierro tendrán lugar esta tarde, a partir de las 16.30 horas, en el cementerio de Paternáin, donde residía y cuyo concejo presidía desde 2007. A continuación, se oficiará el funeral en la iglesia de San Martín de la localidad.

Desde que se conoció su ingreso hospitalario hasta el triste desenlace de ayer por la mañana, el mundo de la cultura euskaltzale de Navarra permaneció en vilo ante la situación crítica en la que quedó Joxemiel Bidador tras sufrir el accidente cerebrovascular. Y es que, tal y como pudo comprobarse a lo largo de la jornada de ayer, el lamento por su fallecimiento era unánime, lo mismo que el aprecio hacia su talante y el reconocimiento hacia su erudición en temas relacionados con el estudio de las danzas o con la literatura en euskera escrita por autores navarros, entre otros muchos. No en vano, su familia no dejó de recibir condolencias y muestras de apoyo en el tanatorio. Bidador tenía compañera, Idoia, y dos hijas, Ilazki y Maddi.

La desaparición del joven escritor impactó en el ámbito de la cultura vasca y numerosos colectivos expresaron su pesar a través de páginas webs, blogs, llamadas, correos electrónicos y mensajes en los foros de los medios de comunicación. Sin olvidar, por supuesto, las reacciones en el ámbito de la política municipal. En este sentido, un grupo de amigos y colegas del fallecido intentará reunir a todo aquél que quiera despedirse de él este viernes por la tarde en un homenaje civil que se celebrará en un espacio de la cuenca de Pamplona aún por determinar, en el que no faltarán la música y la danza, disciplina que Bidador conocía tan bien.

trayectoria Joxemiel Bidador González nació en Pamplona en 1970. Licenciado en Filología Vasca, las danzas tradicionales y el folklore en general fueron objeto de varias de sus investigaciones. Pero no sólo desde el punto de vista teórico e histórico, sino también desde la práctica, ya que formó parte de grupos como Danok Bat, Duguna y, más recientemente, de los Danzantes de San Lorenzo, con los que bailó hace pocos días. También formaba parte de la Comparsa de Gigantes de Tudela. A los 23 años publicó su primera investigación sobre esta temática, Materiales para una bibliografía sobre danza vasca, aparecida en 1993 la revista Cuadernos de Etnología y Etnografía Navarra, y, entre sus textos, destaca, sobre todo, Dantzaren erreforma Euskal Herrian, un ensayo sobre los testimonios de los sacerdotes en torno a la danza desarrollada en Euskal Herria entre los siglos XVI y XX, que en 2004 recibió el VI Premio de Miguel de Unamuno del Ayuntamiento de Bilbao. Además, en 2005 se hizo cargo de la coordinación de la revista Dantzariak de Euskal Dantzarien Biltzarra.

Bidador también era experto en literatura vasca y escritor, así como conocedor de la historia y la etnografía de la Comunidad Foral, como demostró en la serie de artículos que publicó en DIARIO DE NOTICIAS bajo el epígrafe Viejas historias de Navarra. Era miembro de Euskal Idazleen Elkartea, de la que fue secretario durante unos años, y publicó numerosos textos sobre los escritores vascos en general y sobre los navarros en particular, dedicando antologías a autores como Alexander Tapia-Perurena, Joxe Agerre, Larreko, Mikelestorena, etcétera. Sin duda, su obra más conocida en este ámbito es Materiales para una historia de la literatura vasca en Navarra (Pamiela, 2004), que venía a responder a los trabajos que había presentado hasta la fecha el Gobierno foral, dejando de lado a los autores en euskera. Esta publicación dio lugar, además, al manifiesto Existieron,existimos/Baziren, bagara, que secundaron cerca de 140 escritores y personalidades de la cultura.