pamplona - La sincera vitalidad que transmite conversando es una certeza de que, para Gurutze Beitia, lo fundamental es llegar al público a través de la emoción pura, y siempre en disposición de pasar un buen rato. Al final, esos momentos agradables son los que se recuerdan en la vida. Mañana, la actriz estará acompañada por José Luis Canal (teclados).
¿Hay en Se dice de mí mucho de Gurutze Beitia, o cuando sale a escena prefiere proyectarse en personajes y situaciones ajenas?, ¿prefiere explorar lo desconocido?
-¡Siempre! (ríe). No me gusta lo mío, todavía lo autobiográfico no existe en mi carrera... Se dice de mí es un viaje tragicómico, y un homenaje a las grandes de escena que ha habido siempre. Pero en el fondo es una excusa. Lo que plantea la obra es que una señora de la limpieza que tiene muchísimas aspiraciones teatrales, aprovecha que la actriz verdadera, la que va a hablar de su vida, no llega, no llega, y como ella está conversando con el público y dice que ha visto todos los ensayos y que sabe un montón de la actriz, pues que va a hacer ella la obra. Aprovecha la idiosincrasia del momento. Y empieza a hablar de la vida de la actriz pero vuelve continuamente al personaje de la limpieza. Y todo salpicado con monólogos tragicómicos, algunos muy muy dramáticos y otros muy de risa, y con un montón de canciones conocidas.
Se incluyen pasajes muy diferentes entre sí: Medea, La Voz Humana de Jean Cocteau, poesía de Alfonsina Storni, un monólogo de Antonia San Juan, canciones como Una rosa y un farol, Gorda o Ezin Ahaztu... ¿qué le interesó de estas obras?
-Que son mujeres, y tienen partes muy parecidas y muy diferentes, como siempre nos pasa a las mujeres: nos une la categoría de fémina pero luego cada una somos un mundo... Es un viaje que la gente va a hacer con cariño y disfrutando, espero yo, porque se ha hecho con todo el amor del mundo. La gente también está acostumbrada a verme en otras cosas, y esto les sorprende.
¿Qué le aporta el drama?
-Me aporta mucho, sinceramente, porque en el fondo nuestra profesión consiste en crear emociones, en transmitirlas. Para mí es tan gratificante hacer reír como hacer llorar. Desde el punto de vista de actor es fantástico estar en el patio de butacas y percibir un silencio tremendo, que la gente se está metiendo en la emoción.
Invitar a la gente a escuchar, la escucha es hoy muy necesaria, vivimos en una sociedad tan rápida...
-Claro, vivimos en el mundo de los medios inmediatos, las noticias inmediatas, las respuestas inmediatas... todo tiene que ser rápido. Y estar un ratito a gusto, porque yo planteo este espectáculo como un encuentro entre amigos, merece la pena.
Como dice, la emoción es lo importante. Pero quizá en estos tiempos nos viene mejor reír que llorar, ¿no?
-Hombre, sí, la gente lo está deseando, por las circunstancias, porque no se oye otra cosa que juicios por corrupción, copago, recortes... todo es muy terrible. Y está claro que a la gente le apetece más estar un rato de risa, de disfrute... A mí también, yo necesito que me hagan reír mucho.¿Y de qué deberíamos reírnos hoy?
-Jo, yo creo que de todo. Es muy dramático lo que nos está pasando con la crisis, pero no olvidemos el ingenio; al final, los problemas, las angustias, despiertan el ingenio de la población. La cantidad de chistes que han salido, no me digas, son buenísimos... Hay que reírse, primero siempre de uno mismo, siempre, y luego del resto del mundo. Yo, por terapia, cada mañana al levantarme me miro al espejo y me río de mí misma; y luego ya estoy preparada para reírme del resto del mundo, de las situaciones...Y como dice la canción de Hesian presente en el espectáculo, es importante la fuerza para soñar y para agarrar del cuello a la verdad...
-Yo creo que sí, es vital. No nos podemos engañar continuamente. A pesar de que nos riamos, hay que dar importancia a las cosas que verdaderamente la tienen, y el resto desdramatizarlo.Aludiendo a un espectáculo anterior en el que participó, Walt Disney me jodió la vida, ¿cree que se va evolucionando en los tópicos y estereotipos presentes desde la infancia, hay ahora más diversidad?
-Mmm... Yo creo que los estereotipos siguen funcionando, sobre todo en humor. Y hombre, las cosas sí han cambiado, bastante, pero no podemos relajarnos. Vivimos en una sociedad donde hay una media de más de 70 muertas todos los años, la mujer sigue cobrando menos que el hombre por el mismo trabajo realizado, y hablamos de un país donde se supone que estamos muy bien... Las cosas han cambiado, pero no tanto como hubiéramos querido, sinceramente.Sigue en gira con la obra La última oportunidad, junto a Julian Iantzi...
-Sí, da gusto porque la gente se está riendo mucho con este montaje... Además acabo de terminar El dúo de la africana, después de ocho maravillosas funciones en el Arriaga, en abril me voy a Oviedo con la zarzuela Entre Sevilla y Triana; y La Lechuga, una obra con un humor muy negro pero que habla de cosas muy actuales, sigue rodando, está funcionando muy bien... No me puedo quejar, porque con la que está cayendo, que tenga trabajo... ¡Felicidad absoluta!