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Asier Altuna, a por la Concha del Zinemaldia con 'Amama', rodada en euskera

'Amama' significa abuela, pero también es la sabiduría de los antepasados, la memoria de una familia

Asier Altuna, a por la Concha del Zinemaldia con 'Amama', rodada en euskeraKOLDO ALMANDOZ

MADRID. El cineasta de Bergara Asier Altuna, que no ha ocultado nunca su debilidad por el mundo rural vasco, ha apostado fuerte este 2015 con "Amama", una cinta rodada en euskera "con pocas palabras y mucha poesía", que ha sido seleccionada para luchar por la Concha de Oro en la 63 edición del Zinemaldia.

"Estoy muy contento, es una película que he mimado mucho, me ha costado mucho sacarla adelante y es una alegría verla en competición oficial; me deja la sensación del trabajo bien hecho", ha comentado a Efe el premiado cortometrajista, guionista y realizador de cine y televisión, que, hasta ahora, solía trabajar al alimón con su socio y amigo Telmo Esnal, ayudante de dirección en esta cinta.

Filmada durante siete semanas no correlativas para captar el paso de las estaciones en los bosques de Aldatz (Navarra) y Artikutza (Gipuzkoa), "Amama" narra una "historia de incomunicación" y de "ruptura entre generaciones", con el universo del caserío como telón de fondo.

'Amama' significa abuela, pero también es la sabiduría de los antepasados, la memoria de una familia -explica el director-. Es una película de ruptura entre generaciones de una misma familia y sobre la necesidad de llegar a puntos de encuentro", al tiempo que rinde homenaje a una forma de vida, la del caserío, que desaparece.

"Hay una manera de vivir primitiva que tienen los campesinos y que las nuevas generaciones ya no han seguido; eso ha producido un choque, pero las historias de la familia siempre son potentes, y ésta tiene peso", asegura el director con un guiño.

No es una obra autobiográfica, pero Altuna, que vivió de pequeño en un caserío, se sirve de muchas historias oídas o sabidas; "el guión de 'Amama' viene de lejos -dice-, de hecho, nació como comedia, pero poco a poco fue virando hacia el drama.

Otra particularidad de la cinta son sus protagonistas, Iraia Elias, Ander Lipus, Manu Uranga, Kandido Uranga y Klara Badiola, miembros de una misma familia de cuatro generaciones diferentes, por los que Altuna apostó a golpe de "instinto".

Y por encima de todos, la 'amama', la abuela Amparo Badiola, a la que Altuna vio en un bar de Pasaiak, cuenta, y supo a primera vista que era su mirada la que quería para transmitir la filosofía de vida antigua y sosegada de las generaciones anteriores.

Ganador del premio de la Juventud en el Zinemaldia en 2005 con su debut, "Aupa, Etxebeste" (película que codirigió con Esnal y que fue nominada en los Goya de ese año), y autor de "Bertsolari" (2011), programada fuera de concurso en San Sebastián, Altuna está convencido de que el cine vasco ha ganado en variedad y calidad.

"Hay películas para todo -dice-, también hay que hablar de los conflictos, porque han generado mucho dolor, pero lo importante es que haya muchas y diferentes".

Celebra el éxito obtenido el año pasado por "Loreak", la cinta pionera en romper la lanza del euskera en la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián, y apuesta por que el testigo que recoge "Amama" sea el de la "normalización" del idioma en el cine español.

Esta es, además, la primera producción "grande" de Txintxua Films, la empresa que montó Altuna en 2008 con Marian Fernández, y cuenta con Javier Agirre en la dirección de Fotografía y con Laurent Dufreche para el montaje.

"Amama", que llegará a los cines el próximo 16 de octubre, ha tenido ayudas de ETB, del Gobierno Vasco y de la Diputación de Gipuzkoa para completar el presupuesto, cercano al millón de euros.