madrid - El filósofo riojano Gustavo Bueno Martínez falleció ayer, a los 91 años, en la localidad asturiana de Niembro, donde tenía una residencia, tal y como informó la fundación que lleva su nombre. Bueno murió solo dos días después de su esposa, Carmen Sánchez Revilla, de 95 años.
Catedrático de Filosofía en la Universidad de Oviedo durante casi 30 años y uno de los jefes de fila del pensamiento marxista en el Estado, Gustavo Bueno fue autor de numerosos libros y artículos que hablaban sobre la ontología, la filosofía de la ciencia, el ateísmo o la televisión, entre otros temas. También fue siempre una figura imprescindible dentro del panorama cultural estatal, ya que desarrolló desde 1970 el sistema filosófico denominado materialismo filosófico y su obra se construyó en constante intercambio con las ciencias y la historia de la filosofía. Desde hace años, además de escribir, era autor de diversos vídeos y audios en los que analizaba diversas cuestiones filosóficas. Recibió el título de hijo adoptivo de Oviedo en 1996 y se dio a conocer en todo el Estado por su participación en debates y programas de televisión.
En Asturias, Bueno desarrolló el grueso de su pensamiento y de su extensa y profunda producción intelectual, aglutinando en torno a su figura y su obra a un escogido grupo de profesores y de discípulos que conforman la escuela filosófica denominado grupo de Oviedo. Su primera obra fue El papel de la Filosofía en el conjunto del Saber (1970), a la que siguieron otros libros como Etnología y Utopía (1971), Ensayos Materialistas (1972), Ensayos sobre las categorías de la Economía Política (1972), La Metafísica Presocrática (1974) e Idea de Ciencia desde la Teoría del cierre Categorial (1976). En 1985 publicó El animal divino. Ensayo de una teoría Materialista de la religión, fruto de treinta años de reflexión, y en 1988 el Ministerio de Educación y Ciencia prohibió su libro Simploke, destinado a servir como texto para los alumnos de BUP, que finalmente y tras una larga polémica fue autorizado. Desde 1978 hasta 1984 dirigió la revista El Basilisco, una de las publicaciones de temas de pensamiento más prestigiosa de España.
una jubilación polémica En octubre de 1998 se jubiló de la Universidad de Oviedo, con polémica incluida. Le nombraron profesor emérito honorario de la institución académica y fue apartado de la docencia. Los alumnos convocaron una huelga y Bueno afirmó que la razón de la medida residía en las diferencias ideológicas que mantenía con el decano de la Facultad de Filosofía, Alfonso García Suárez.
En 1995 publicó el volumen La influencia de la religión en la sociedad española junto a Amando de Miguel, Javier Sádaba, Gabriel Albiac y Gonzalo Puente y, dos años después, presentó su obra El mito de la cultura, con la que en noviembre de ese mismo año llegó a la final del Premio Nacional de Ensayo. Asimismo, en 2000 publicó España frente a Europa, donde cuestionaba el proceso de Unión Europea y lo tildaba de invención. Ese año también salió a la luz el ensayo Televisión: apariencia y verdad. Bueno siguió con su reflexión sobre la telebasura con la publicación de la obra Telebasura y democracia en 2002, y publicó un artículo sobre el programa Gran Hermano.
Entre otros premios, en marzo de 2003 se le concedió el galardón Riojanos del Mundo en la categoría de Letras por dedicar su vida a la defensa de la filosofía académica, la singularidad de su pensamiento y su extraordinaria trayectoria. . - D.N./Agencias