CONCIERTO DE IVÁN FERREIRO

Fecha: 15/03/2019. Lugar: Zentral. Incidencias: Muy buena entrada. Iván Ferreiro venía a presentar Cena recalentada, el disco en el que reinterpreta todas las canciones de Golpes Bajos. Le acompañaron Amaro Ferreiro, Marta Toro, Pablo Novoa y Luis García (estos últimos, miembros originales del grupo).

Iván Ferreiro siempre ha sido una rara avis dentro del (a menudo) adocenado panorama musical español. Talentoso como pocos y con una envidiable falta de prejuicios, él mismo reconoce que las canciones son el motor que mueve su vida. Con esa expresión se refiere a las que lleva décadas componiendo (en Piratas, primero, y en solitario, después), pero sobre todo, a las que componen otros y tanto consiguen emocionarle. Hace años, junto a su hermano Amaro, se embarcó en el proyecto Rai Doriva & As Ferreiro, en el que actuaban en directo, vestidos de mujer y haciendo versiones de algunos de sus temas favoritos. Más recientemente, parte de ese espíritu quedó registrado en los tres epés que el gallego publicó en edición limitada (Perversiones catastróficas), en los que hacía suyos temas de Radio Futura, Paco Ibáñez, Love Of Lesbian o Antonio Carlos Jobim. En su último disco, Ferreiro lleva más lejos todavía esa pasión por repertorios ajenos y reinterpreta el cancionero de una de sus bandas favoritas: Golpes Bajos. Para ello ha contado con dos miembros originales del grupo homenajeado, Pablo Novoa, que toca con él desde hace años, y Luis García. Aunque no está en la gira, Teo Cardalda participó en el disco (Cena recalentada), por lo que puede decirse que el proyecto cuenta con el beneplácito de todos los miembros vivos de la formación (Germán Coppini, su carismático vocalista, falleció en 2013).

El público del viernes no era el que habitualmente sigue a Iván Ferreiro. En la sala convivía gente joven aficionada a sus discos en solitario con otros que, por edad, parecían viejos seguidores de Golpes Bajos. En cuanto los músicos salieron al escenario, intentaron (y consiguieron) convencer a las dos facciones. Lo hicieron con una ambientación muy ochentera (luces de colores, plataforma trasera, típica bola de discoteca...). Evidentemente, el sonido también pertenecía a aquella década, con cajas de ritmos, loops y una electrónica que hoy suena rudimentaria (y ahí radica, precisamente, la mayor parte de su encanto). En primera línea del escenario estaban Iván Ferreiro y los dos miembros originales de Golpes Bajos, mientras que detrás se colocaron (sobre una plataforma, pero visualmente en segundo plano), Marta Toro y Amaro Ferreiro. Bonito detalle el de dejar en lugar preeminente a los que fueron parte activa del grupo homenajeado.

Abrieron con Santos de devocionario, Hazme un nueve y Desconocido. Tras esta tresena, Ferreiro saludó y afirmó que Golpes Bajos fue una banda esencial en su formación musical, como también lo fueron los Beatles o Simon & Garfunkel. No cabe duda de que la forma de cantar de Coppini era de lo más personal, pero Iván había interiorizado bien sus melodías y sus enrevesadas letras (por si acaso las llevaba escritas en una tablet, aunque apenas recurrió a ella). Las canciones sonaron abigarradas de electrónica y cuanto más ruidosas lucían, mejor conectaban con el público. Fue el caso, por ejemplo, de Santa compaña, en la que Pablo Novoa, ataviado con falda, se empleó a fondo con su guitarra eléctrica (antes nos había deleitado con una preciosa introducción al piano para Cena recalentada, tema que da título al disco homenaje). O en Colecciono moscas, en la que Ferreiro se dejó la garganta entre bizarros sonidos caribeños mientras un omnipresente Novoa repartía su furia entre la guitarra y una pequeña batería (también lo hizo en Reclusa, canción pionera en denunciar el machismo). En los bises, Tendré que salir, a piano y voz, y los dos himnos: Malos tiempos para la lírica y No mires a los ojos de la gente. Disfrutó Iván, disfrutó su banda e hicieron disfrutar al público.